sábado, 1 de agosto de 2015

agosto 01, 2015
Armando "Catón" Fuentes Aguirre


Corregir el rumbo. Con tono de severidad el juez le dijo a doña Facilisa: "Su marido se queja de que usted lo engañó. Afirma que la encontró en el domicilio conyugal con otro hombre". Replicó ella: "Al contrario, señor juez: Él fue quien me engañó. Me dijo que regresaría a la casa a las 11 de la noche, y regresó a las 9". Decía una linda chica: "Los hombres son como los chocolates: Muy apetecibles, pero se te van directamente a las pompas". El recién casado se veía cansado, débil, agotado, laso, feble y escuchimizado. Un breve interrogatorio le bastó al médico de la familia para encontrar la causa de su extenuación: El muchacho le hacía el amor todos los días a su flamante mujercita. "En adelante -les indicó- tendrán ustedes sexo únicamente tres veces por semana; los días con ere: martes, miércoles y viernes". A la mañana siguiente el joven despertó al sentir que su noviecita se le arrimaba con evidentes intenciones de erotismo. "¿Qué día es hoy?" -preguntó adormilado. Respondió llena de urentes ansias la muchacha: "¡Sárbado!". Las canas son hereditarias. Los padres las recibimos de nuestros hijos. Jack Benny era un extraordinario comediante, pero un pésimo violinista. Cierto día llegó a la Casa Blanca (la de Washington, no la mexicana). Llevaba consigo su estuche de violín. El jefe de seguridad le preguntó, receloso: "¿Qué trae usted ahí?". Abrió Jack el estuche. Dentro estaba una ametralladora. "Ah, vaya -dijo el guardia-. Pase usted, mister Benny. Por un momento pensé que traía su violín". No cabe duda: El PAN está urgido de un nuevo liderazgo. El personalismo de Madero, su cortedad de miras y la reducida capacidad que demostró para hacer política de altura causaron graves daños al partido blanquiazul, que se mira hoy por hoy debilitado, dividido. Pienso que bajo la guía de Ricardo Anaya los panistas podrían corregir el rumbo y encontrar nuevos derroteros que saquen a su organización del estado de agobio en que se halla. Sólo una vez he hablado con el joven queretano, pero esa breve reunión me dio una imagen positiva de él: La de un hombre culto y educado, buen político y conocedor de los principios y valores que dieron origen a Acción Nacional. Entiendo que se le reprocha su cercanía con Madero; se dice que con él tendría continuación el régimen del dirigente actual. No lo creo. A pesar de su juventud Anaya ha probado tener una personalidad que rechazaría cualquier intento de manipulación. Un presidente nacional así, joven y capaz, conciliador y al mismo tiempo firme en sus convicciones, es lo que necesita el PAN en la hora actual (las 11.45, en el momento en que escribo esto)... Un empresario le comentó a otro: "Mi secretaria me recuerda mucho a mi esposa". Preguntó el otro: "¿Se parecen?". "En nada -respondió el primero-. Pero cada vez que intento algo con ella me dice: 'Recuerde que tiene usted una esposa'". Un individuo se suicidó colgándose de una cuerda en una galería de arte moderno. Pasaron varios días antes de que alguien se diera cuenta de que aquello no era una instalación. Relató un tipo: "Pertenezco a Solteros Anónimos. Cada vez que siento el impulso de casarme me envían a mi casa una mujer malhumorada con rizadores en la cabeza, crema verde en la cara, una bata raída y unas pantuflas viejas de peluche, para que me regañe y me reclame cosas al tiempo que me sirve un café frío, unas tostadas quemadas y unos huevos mal cocinados". Los vocablos "monogamia" y "monotonía" ¿son sinónimos?". Lord Highrump llamó por teléfono a lord Feebledick, su antiguo compañero en Eton, y le dio una mala noticia: "Old chap, lamento comunicarte que tu esposa te es infiel. Ayer la vi entrepernada con un sujeto tras unos arbustos del jardín". Inquirió lord Feebledick: "El tipo ése ¿era un hombre calvo, gordito y con bigote negro?". "En efecto" -confirmó el otro. "Es el mayordomo -manifestó lord Feebledick-. Ése agarra de todo". Dos turistas norteamericanas fueron a Londres, y en un museo vieron una estatua de Hércules en la cual el mítico personaje aparecía desnudo, sin hoja de parra, mostrando su magnífica viripotencia. Una de las señoras le preguntó en voz baja a su compañera: "¿Éste es el famoso Big Ben?". FIN.