sábado, 29 de agosto de 2015

agosto 29, 2015
Bajo Reserva exprés y Bajo Reserva / Periodistas El Universal


Hay una certeza en el PAN: el nuevo presidente del partido, Ricardo Anaya, ha enseñado los dientes.

Hoy en la sesión del Consejo Nacional, los azules deben elegir al menos 40 puestos de la Comisión Permanente, órgano de dirección del partido, y los que no son afines a don Ricardo temen que la mayoría de los lugares sea ocupada por los anayistas, nos dicen.

De hecho, los estatutos prevén que el presidente del partido designe a una tercera parte. Sin embargo, muchos panistas esperan que ese porcentaje aumente, ya sea porque los nombre Anaya o sean "propuestos" por los consejeros que siguen la línea del nuevo dirigente azul.

Nos comenta que los maderistas se quejan del avasallamiento de Anaya.

Claro, hay algunos que dudan de una batalla real del nuevo líder contra Gustavo Madero.

Pero los anayistas aseguran que el joven dirigente está tomando el control del partido, nos hacen ver. Y en el camino, don Ricardo va mostrando los dientes...

¿Habrá pelea hoy en la sede blanquiazul?

Gancho al hígado a Cordero



En el primer round, el senador Ernesto Cordero se fue a la lona en la selección interna del PAN para el presidente de la Mesa Directiva del Senado. Durante una reunión de la bancada quedó muy claro que Roberto Gil sería la carta azul para el cargo: en cuanto comenzaron los pronunciamientos —la cargada— se suspendió la votación y el abogado salió con la unanimidad en los bolsillos. Resuelto este punto, el presidente panista, Ricardo Anaya, deberá escoger al coordinador del grupo parlamentario en una baraja que incluye a Sonia Mendoza, Héctor Larios (apoyado por los corderistas), Ernesto Ruffo, Jorge Luis Preciado y Fernando Herrera, más los que se acumulen el fin de semana. Nos dicen que desde ahora se pronostica otro gancho al hígado para Cordero, como se lo dieron con José Rosas Aispuro, quien era su gallo para la presidencia del Senado.

Pasan escáner a programas sociales

El equipo del nuevo secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade, comenzó a escanear los padrones de los beneficiarios de los programas sociales. La idea de don José Antonio es ponerse al corriente, lo más pronto posible, del manejo de los planes de combate a la pobreza y de la Cruzada Nacional Contra el Hambre. Como es normal con los cambios de titular, nos cuentan, funcionarios de alto nivel de la Sedesol —colaboradores de Rosario Robles Berlanga— están poniendo sus cargos a disposición del ex canciller Meade, quien dejará de ser viajero frecuente al extranjero para recorrer a pie los municipios más pobres del territorio nacional.

El mal negocio Humanista

A manera de despedida de la arena político-electoral, el fugaz Partido Humanista se lució ante el Instituto Nacional Electoral. En un mensaje, el representante del PH, Marcos Carrillo, hizo algunas confesiones que dejan ver los intereses de los “militantes” en la creación de nuevos partidos. En aras del registro, se aliaron con Manuel Espino, ex dirigente panista, y con René Arce, ex perredista, para realizar asambleas, garantizar movilización de personas y quórum. Claro, ellos ni se conocían entre sí. Al final, todos salieron peleados por el control del partido y el conflicto les costó que el INE los dejara sin prerrogativas, sin dinero, por dos meses. Luego de la elección, el PH perdió el registro y —claro— tuvo un costo de millones de pesos para los contribuyentes.

Cárdenas, de la mano de Silvano

Mucha actividad política ha tenido Cuauhtémoc Cárdenas de la mano del gobernador electo de Michoacán, Silvano Aureoles. El ingeniero acompañó al mandatario perredista a una gira por Paracho. Como usted sabe, don Cuauhtémoc renunció a su militancia en el PRD, pero su decisión no ha sido obstáculo para estar cerca de don Silvano. Nos dicen que esa relación podría dar como resultado que Cárdenas sea invitado a la nueva administración estatal. De esa forma, Aureoles tendría a una figura de la izquierda en sus filas y don
Cuauhtémoc podría aportar lo que sabe para apoyar a Michoacán, su tierra, que no la ha pasado nada bien los últimos años con el problema de la inseguridad.