lunes, 20 de julio de 2015

julio 20, 2015
ESTAMBUL, Turquía, 20 de julio.- Un baño de sangre, con cuerpos de hombres y mujeres diseminados y desmembrados, fue el resultado de un atentado suicida en la ciudad turca Suruc, cerca de la frontera siria, en el que murieron al menos 28 personas.

"Estamos conmovidos porque 28 ciudadanos murieron y numerosas personas resultaron heridas como consecuencia de un acto de terror", declaró el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan durante una visita al norte de Chipre. "En nombre de mi pueblo, maldigo y condeno a los autores de esa brutalidad", añadió.

Ataúdes en la ciudad turca de Suruc. (AFP)

Unas cien personas resultaron heridas en el ataque.

La detonación tuvo lugar en el jardín de un centro cultural de Suruc, situada a una decena de kilómetros de Kobane, de donde los yihadistas del grupo Estado Islámico (ISIS) fueron expulsados en enero pasado por los combatientes kurdos de Siria.


Ese "ataque terrorista se produjo (...) en torno a las 12 locales", informó el ministerio del Interior en un comunicado.

Numerosas ambulancias y vehículos policiales acudieron inmediatamente al lugar de los hechos, donde la explosión provocó un incendio, según las imágenes difundidas por las televisiones turcas.

Poco después de ese primer ataque, otro atentado suicida se produjo en Kobane, al otro lado de la frontera, informó la ONG Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

"Un atentado con coche bomba tuvo lugar en un puesto de seguridad en el sur de Kobane. Las primeras informaciones indican que murieron dos milicianos kurdos en esa explosión. Ocurrió justo después de la explosión de Suruc", declaró el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.

Muchos refugiados sirios se instalaron en Suruc, tras huir de la violencia del grupo yihadista Estado Islámico, el año pasado en Kobane.

Las fuerzas kurdas consiguieron expulsar al ISIS de Kobane en enero, con la ayuda de los bombardeos de la coalición liderada por Washington. (Clarín)