jueves, 23 de julio de 2015

julio 23, 2015
Juan Acuesta Rodríguez

No cabe duda que la comunidad de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) sigue disgustada, sigue inconforme, y lo demuestra destituyendo a un líder sindical que no era sólo un charro sino un lienzo completo, con caballerizas y bebederos. Un líder vendido y a modo del Rector y sus huestes.

Cómo es posible que hasta el cansancio se cacaree que México es un régimen democrático y hasta hoy las autoridades de la UADY las elija un ramillete de consejeros (entre directores, maestros y alumnos) que cambian a directores a modo del Rector. Para ver la orilla lejana, la duración del Consejo Universitario es de dos años (el actual concluye el 31 de enero de 2017) y el encargo de Williams de cuatro.

Los universitarios tienen todo el derecho, maestros, alumnos, manuales y administrativos, de parar y desconocer, no ya al Rector, porque el Rector es una pobre marioneta con hilos, sino al Consejo, para que en cada Escuela y Facultad los alumnos junto con los maestros elijan en su momento a su futuro Rector, ante consejero maestro, alumno y director, y ante notario público. De este modo habría una verdadera democracia y un verdadero cambio, pues las actuales autoridades forman un clan que tiene secuestrada a la UADY.


Hace ya varios años los universitarios desconocieron al Dr. Alberto Rosado G. Cantón. Iban comandados por un catedrático alto, narizón, de espejuelos, delgado, y en ese momento le costó el trabajo no al intelectual sino al becario que se le enfrentó y le dijo sus verdades. Y el señor calló y cayó.

Hoy han perdido los bríos los universitarios, tanto maestros como alumnos. A éstos sólo les interesa pasar sus materias, y ése es un reflejo del país que estamos viviendo, donde tricolor y blanquiazul son lo mismo.

Reaccionen, maestros; reaccionen, alumnos; reaccionen, trabajadores. Un ejemplo es lo que pasó con los administrativos y manuales (AUTAMUADY), que liderados por Sofía del Socorro Ayil Sierra se inconformaron durante 25 días, pero por una instrucción de arriba (no de la Rectoría) se tuvieron que quebrar.

Hoy se ve con optimismo el que el sindicato de los maestros (APAUADY) haya quitado a ese corrupto vendido Carlos Zetina Moguel, quien fungía como líder, y designaron secretario general a Juan Antonio Pech Chan, en tanto se convoque a elecciones en febrero del año que viene, después de la firma del contrato colectivo. Por eso se espera que la directiva provisional defienda los derechos de los académicos en ese momento, funcionando como un verdadero comité ejecutivo.

Pregúntense qué pasaría si todos pararan: maestros, administrativos y manuales. No los van a correr a todos.  Que pararan para destituir no al Rector, al Consejo, que es la autoridad suprema de la Universidad.

Se debe reflexionar si conviene que el Consejo esté formado por todos los universitarios, con el fin de ejercer una verdadera vida democrática dentro de la UADY y en nuestro país, donde existe tanta corrupción.

Es cuanto.