lunes, 27 de julio de 2015

julio 27, 2015
David Lafferty, VP Sr., Estratega en Jefe de Mercados, Natixis Global Asset Management

El aumento en las tasas de interés que planea el Comité de Mercados de la Reserva Federal se ha ido posponiendo a lo largo del año. A finales de 2014, la mayoría de los economistas esperaban un incremento en las tasas en junio de 2015. Sin embargo, la desaceleración del primer trimestre, a consecuencia de retrasos en la actividad portuaria de la Costa Oeste y de un clima inusualmente frío en la Costa Este, provocó que las expectativas se trasladaran hasta septiembre. En junio y julio, las expectativas se extendieron aún más debido a la deuda de Grecia y a una crisis bancaria, junto con drástico desplome del mercado accionario chino. La cotización de los futuros de la Fed inicio con el primer incremento a las tasas en diciembre. Sin embargo, ahora que Grecia finalmente a ha recibido un paquete de rescate a corto plazo y que el mercado chino apenas recupera la estabilidad, el temor de un colapso sistémico se desvanece. Asimismo, la semana pasada durante su comparecencia semestral ante el Congreso, la Presidente Yellen reiteró que espera que la Fed incremente las tasas este año y que aún es posible despegar en septiembre. 

La decisión de la Fed es aún “dependiente de la información,” y como tal, el momento del primer aumento todavía se desconoce. Opinamos que la Fed aún está buscando elevar las tasas dos veces durante el año, en septiembre y diciembre, de acuerdo con los últimos datos estadísticos. Sin embargo, todavía hay mucha información por conocer en julio, agosto y principios de septiembre. La fortaleza consistente en el aumento de la tasa de empleo (ej., +225,000 nuevos empleos por mes) y los avances hacia una inflación base de 2% los mantendrán encaminados hacia su consolidación en septiembre. La debilidad en los resultados sobre el consumo interno, y otros impactos globales entre hoy y entonces podrían retrasar aún más un despegue. Nada de esto cambia el hecho de que el rumbo hacia una mayor restricción será poco complejo una vez que la Fed empiece a subir las tasas. Solamente una sorpresa inesperada en la inflación cambiaría esto.

Sobre la Volatilidad de los Mercados en China

La reciente volatilidad en el mercado bursátil de China fue mayormente desvinculada del entorno económico actual de dicha nación. Si bien las expectativas para el PIB chino han caído hacia el 6% (a partir de un 7%), la bolsa de Shanghái había subido 150% a su reciente escalada del año pasado. La caída de más de 30% en Shanghai durante tres semanas constituyó un ajuste necesario para un mercado donde las expectativas –y valoraciones– ya se habían vuelto claramente elevadas. Todo ello fue simplemente un reflejo del panorama de mercados beta sumamente elevados que son impulsados por inversionistas individuales muy marginados en China. El mercado chino de Hong Kong, donde la mayoría de los inversionistas globales operan, reflejó dicha actividad de manera direccional, pero tanto las ganancias como las pérdidas representaron solamente una fracción de los mercados en Shanghai y Shenzhen. Los temores del mercado se contuvieron mayormente dentro de China, por lo que el drama representó poco más que ruido a corto plazo para los inversionistas globales.

Si bien los titulares de la volatilidad del mercado en China parecen haberse despejado por ahora, esto encubre un problema mayor de deuda al que se enfrenta la segunda mayor economía del mundo. La condición de la economía china, planeada de forma centralizada implica que el capital puede ser limitado y divergido. Las tasas de crecimiento pueden conservarse simplemente con dirigir el capital hacia más infraestructura y proyectos para inversión de capital… al menos por un tiempo. Sin embargo, el rally de gasto de China ha sido apoyado por un aumento masivo en los niveles generales de la deuda: en sus bancos, en instituciones de crédito no bancarias (también conocidas como “banca a la sombra”), y en la deuda de las provincias. Como hemos podido ver recientemente en el caso de Grecia, y en innumerables casos anteriores, la hora de un ajuste de cuentas llega eventualmente para todo aquel que tenga niveles de deuda insostenibles. Los inversionistas con un horizonte mayor deben estar preparados para una mayor volatilidad en lo que China encara sus crecientes obligaciones.