lunes, 27 de julio de 2015

julio 27, 2015
LOS ÁNGELES, 27 de julio.- Estados Unidos reafirmó este lunes su compromiso militar con Etiopía, como ya hizo con Kenia, para contener la violencia del grupo terrorista Al Shabab en la vecina Somalia. El presidente de EE UU, Barack Obama, el primero que visita Etiopía, y el primer ministro etíope Hailemarian Desalegn, acordaron una mayor cooperación militar y de inteligencia durante una reunión en Addis Abeba al día siguiente de que un atentado de este grupo en Mogadiscio recordara que sigue activo a pesar de recientes derrotas. Estados Unidos aporta capacitación al Ejército etíope, pero descarta enviar tropas. Etiopía tiene uno de los ejércitos más grandes de África y es el primer contribuyente de cascos azules en la región.

Obama viajó a África para conectarse con sus ancestros y hoy en Etiopía conoció a Lucy, "la abuela de la humanidad", de 3.2 millones de años. Los restos fueron movidos especialmente para que él los viera. Científicos dijeron que el valiosísimo esqueleto fue transportado en secreto y en medio de fuertes medidas de seguridad. Obama pudo tocar una vértebra, algo que se les permite solamente a los científicos. (Jonathan Ernst / Reuters / The Guardian)

La presencia de Obama en Etiopía tiene sin embargo un aspecto incómodo. Sus carencias democráticas son todavía más graves que las de Kenia, donde Obama no dudó en denunciar la corrupción como freno del progreso. El pasado mayo, el partido gobernante en Etiopía ganó con el 90% de los votos unas elecciones en las que la oposición no logró ni un solo escaño. La represión contra la prensa libre es habitual en el país, según denuncian organizaciones de derechos humanos. Delante del primer ministro, Obama dijo el lunes que estas deficiencias habían sido un “tema importante” en su conversación con Desalegn y que había comentado en la misma que “abrir más espacio para la prensa y las voces de oposición refuerza más que debilita la agenda del primer ministro”.

Obama viajaba al este de África con la exigencia de que no pasara por alto las graves deficiencias democráticas y las carencias en materia de derechos humanos de esos regímenes y no lo hizo. “No me muerdo la lengua, pero lo hago con respeto”, dijo en Addis Abeba. Por su parte, Desalegn se defendió en la rueda de prensa conjunta diciendo: “Esta es una democracia incipiente. Estamos saliendo de siglos de cultura no democrática en este país”. Obama añadió que el Gobierno había sido elegido "democráticamente".

El presidente de Estados Unidos participó también en una reunión con Kenia, Etiopía, Uganda, la Unión Africana y Sudán sobre la situación en Sudán del Sur, la otra gran preocupación regional. Todos los países estaban representados por sus jefes de Estado menos Sudán, representado por su canciller. Las partes en conflicto tienen de plazo hasta el próximo 17 de agosto para lograr un acuerdo de paz. De la reunión salió el compromiso de incrementar la presión para lograr este acuerdo, incluida una fuerza de intervención, aunque no se plantearon medidas detalladas. Etiopía es un aliado clave en la crisis de Sudán del Sur. Obama agradeció el esfuerzo de acoger a cientos de miles de refugiados.

Sudán del Sur, con 10 millones de habitantes, logró su independencia de Sudán en 2011 con apoyo de las potencias occidentales. Solo dos años después las tensiones étnicas dentro del nuevo país derivaron en una guerra civil que ha matado hasta ahora a 50.000 personas y ha provocado un millón y medio de desplazados. Las organizaciones humanitarias sobre el terreno advierten del riesgo de hambruna. El 40% de la población depende de la ayuda humanitaria, según la administración norteamericana. Por el momento, las medidas impuestas por EE UU y la UE se limitan a sanciones económicas sobre líderes militares concretos. (Pablo Ximénez de Sandoval / El País)