jueves, 9 de julio de 2015

julio 09, 2015
Carlos Loret de Mola Álvarez / Historias de reportero

Mariano Rajoy, el presidente español, se quedaba mirando con recelo a la distancia a dos hombres que estaban conversando amenamente. Los culpa de sus pesadillas. A Rajoy lo captaron las cámaras en ese gesto de molestia durante la reciente cumbre de la CELAC-UE en Bruselas.

Los dos hombres eran Xavier Bettel y Alexis Tsipras.

Bettel es primer ministro de Luxemburgo y apenas apantalló al mundo al anunciar que se convertiría en el segundo jefe de Estado en casarse con una pareja del mismo sexo. En el gobierno de Rajoy se quejan de que Luxemburgo es un paraíso fiscal donde muchos empresarios españoles se esconden de su Hacienda.

Xavier Bettel y Alexis Tsipras, primeros ministros de Luxemburgo y Grecia, respectivamente. (europa.eu)

Tsipras es el primer ministro de Grecia y apenas apantalló al mundo al rechazar las condiciones de Europa para que pagara el PIB-y-medio que heredó de deuda. En España, donde el gobierno es de una derecha poco chambeadora, ven al gobierno griego como el irresponsable populista que ha decidido no cumplir sus responsabilidades aunque el mundo entero entre en crisis por ello (en buena medida es cierto).

Él organizó un referéndum para que la gente de Grecia le dijera si estaba dispuesta a asumir las condiciones de Europa (especialmente Alemania, que lleva la dura voz cantante) para pagar su deuda. Es decir, preguntó a su pueblo si quería tener menos programas sociales, trabajar más, jubilarse a más edad, etcétera. La respuesta era obvia: ganó el “no”.

Sus opositores trataron de hacer campaña argumentando que el “no” implicaba para Grecia salirse de la unión monetaria europea. Tsipras dejó claro que no. La pregunta del referéndum medía como media página, era complicadísima y en realidad interrogaba sobre un posible acuerdo que había vencido cuatro días antes.

Era, por tanto, una pura maniobra política. Y a Tsipras le salió: después del referéndum los europeos-alemanes-neoliberales, que habían amenazado con la expulsión de Grecia del “euro” si ganaba el “no”, se dijeron listos para negociar con los populistas.

Lo que atestiguaremos los próximos días es la viabilidad de dos maneras de gobernar: neoliberales y populistas empiezan su batalla final. Grecia es el experimento.

Si hay un arreglo, habrá que ver qué manera de pensar se impuso y cómo le va a ese país con las medidas acordadas.

Si no lo hay, estará entonces a prueba la izquierda del presidente Tsipras y a ver a qué destino lleva a Grecia.

Es la batalla final. Estoy seguro del resultado: a Grecia se lo va a llevar la fregada.

Las condiciones de los neoliberales alemanes son atroces para la población en general y sumergirán al país en el estancamiento económico por años, mientras que las políticas de los populistas griegos destruirán su capacidad productiva, generando estancamiento económico por años.

Hace tiempo que se agotaron ambos modelos. El populismo (algo comunismo y algo socialismo) y el neoliberalismo (capitalismo) han demostrado, nación tras nación, que no sirven. Fracasaron. Lo exhiben todos los días.

Al mundo le hace falta un nuevo modelo económico.

SACIAMORBOS. Errata del lunes: No son 90 mil dólares por pipa con combustible robado sino cosa de 400 mil pesos. Todo lo demás se sostiene: es negociazo.

historiasreportero@gmail.com