lunes, 27 de julio de 2015

julio 27, 2015
MADRID, España, 27 de julio.- China está dando sus últimos coletazos en un macro proyecto, un Super Pekín o "Jing-Jin-Ji", que será una megalópolis de 130 millones de habitantes. Será la ciudad mas grande de la historia. Este macro proyecto es el resultado de la unión de tres grandes ciudades del norte del país: Tianjin, la provincia de Hebei y Pekín. 

"Un proyecto para habitantes esclavos como en una película de ciencia ficción", opina desconcertado Raffaele Milani.

Este proyecto lleva varias décadas en desarrollo ya que debido al gran crecimiento de habitantes del país ha requerido de esta solución con la que se pretende aliviar las necesidades urbanas de éstos. El proyecto terminará sobre el 2017, momento en el cual empezará la mudanza.

La ciudad resultante se llamará Jing-Jin-Ji y las autoridades responsables han anunciado que sitios como Pekín se van a reestructurar para dar más sentido a la nueva ciudad. Por ello se redistribuirán varios emplazamientos importantes, tales como comercios mayoristas, empresas y servicios para la ciudadanía, como los hospitales, que pasarán a estar fuera del "antiguo" centro de la ciudad. 


La población de la ciudad de Pekín estará limitada a unos 23 millones de habitantes, así que Wang Anshun, alcalde de Pekín, ha anunciado que las más de 1.200 empresas más contaminantes estarán alejadas de la mega ciudad junto con sus trabajadores.

Parece que este proyecto tienes varias dificultades que suplir, tales como la gran diferencia económica y social que hay entre las tres ciudades, ante lo que un encargado ha declarado como respuesta a las quejas de las personas que no quieren mudarse que hay que tener en cuenta que en China no hay sitio para la resistencia, y que si el presidente tiene una visión, todos tienen que unir fuerzas para que esta pueda hacerse realidad.

Otro elemento en el que se está trabajando intensamente es el transporte, y por ello se está acondicionando el terreno para la implantación de nuevas vías por las que puedan transcurrir trenes de alta velocidad que puedan facilitar a los empleados el recorrido a sus puestos de trabajo. Aún así, muchos expertos coinciden en que el principal problema reside en que la infraestructura de estas grandes ciudades está descompensada en relación con el gran crecimiento económico que han tenido en poco tiempo.

La todopoderosa Comisión de Desarrollo y Reforma (CEDR) ha anunciado que debido a la alta velocidad de los futuros habitantes de "JJJ" no deben perder más de una hora al día en el transporte público, que abarca a la mayoría de los 100 kilometros. El secreto, secular en la nación asiática, es la planificación forzada. En cualquier área metropolitana el gobierno asignará una tarea específica: la corriente de Pekín se centrará en la cultura y la industria de servicios de alta tecnología, la de Tianjin, en la investigación, distribución y la energía, mientras que Hebei, en la fabricación de las pequeñas y medianas empresas. Incluso los suburbios estarán estrictamente planificados. El barrio fantasma de Tongzhou, una explanada con cientos de viviendas prefabricadas de veinticinco pisos, se transformará en la nueva ciudadela de potencia roja.

Después de más de mil años, el corazón del imperio se moverá de la Ciudad Prohibida, con vistas a la plaza de Tiananmen, a los suburbios del norte, donde se construirá además un segundo aeropuerto, candidato a ser "el más activo en el planeta." A Tongzhou se transferirán los ministerios, el Parlamento, la burocracia china sin límites, los gigantes de la economía del Estado, y también hospitales, universidades, tribunales y cuarteles. El objetivo declarado es aligerar el centro del tráfico y la contaminación más espantosa de Asia. Lo que se calla es el propósito de circunscribir la fortaleza del poder comunista, para que sea más manejable, interconectado y defendible. Misiles-Tren y Metro, vehículos que irán a más de 300 kilómetros por hora, harán posible que en 2025 las transferencias que hoy toman tres horas se reduzcan a no más de 40 minutos.

Reordenar China en una sola megalópolis verde y de alta tecnología, con Pekín como centro urbano del Norte, Shanghai del centro y Guangzhou del Sur, es la misión a la que la nueva generación de líderes no sólo confía el destino de las reformas económicas, sino también la supervivencia de los chinos y del partido. (Joan Manel / es.blastingnews.com / Giampaolo Visetti / Repubblica)