martes, 21 de julio de 2015

julio 21, 2015
PARÍS, Francia, 21 de julio.- Según parece, el nuevo rey de Arabia Saudí, Salman Bin Abdelaziz (Abdulaziz), habría seguido aquella frase de un conocido felino de Disney que decía «toda la tierra que baña la luz, es nuestro reino». Al menos así ha ocurrido en el sur de Francia, el lugar donde la corte real, compuesta por más de 400 personas, pasa sus vacaciones de verano. El monarca ha despertado la ira de los ciudadanos de Vallauris, en la región de Los Alpes Marítimos, en la glamurosa Costa Azul francesa, al disponer de una playa pública a su voluntad y antojo.

La polémica comenzó a principios de julio, cuando varios obreros, contratados por el rey saudí, comenzaron a colar cemento en la arena para construir un ascensor que comunicara la playa con la villa del monarca para que el acceso fuera lo más cómodo y fácil posible. Cuando los primeros vecinos observaron la obra, avisaron inmediatamente al servicio de urbanismo, que paró la construcción.

El Rey Salman Bin Abdulaziz.(wikimedia.org)

Tan sólo un par de días después, los mismos obreros volvieron a la playa para tratar de colocar una reja cerrada que separara a la familia real de los veraneantes, cuya irritación y denuncias no tardaron en frenar de nuevo los caprichos de Salman. Tampoco la compañía de ferrocarriles SNCF, dueña del terreno donde pretendían establecer la reja, había sido informada del procedimiento.

Finalmente, las autoridades de Vallaurin han decidido cerrar el acceso a la playa durante las vacaciones de la familia real, que comenzaron ayer.

Para evitar las críticas, el subprefecto de Grasse, Philippe Castanet, no ha dudado en declarar que el protocolo sería el mismo para cualquier autoridad internacional, «nadie se extrañaría si fueran Barack Obama o Vladimir Putin los que vinieran de vacaciones», declaró.

«Estos trabajos han sido realizados prematuramente, sin esperar las discusiones en curso entre Francia y las autoridades saudíes responsables de la seguridad de la familia real», dijo.

«Una reunión de trabajo debe realizarse entre las autoridades francesas y los emisarios del rey para determinar cómo se asegurará la seguridad alrededor de la villa», confirmó el subprefecto. La prohibición afecta también a los 300 metros de mar frente a la propiedad.

Pese a que los veraneantes de la zona están más que acostumbrados a visitas reales que no se cortan al pasear por las carreteras de la Costa Azul en sus lujosos deportivos o incluso en bicicleta, como el rey Abdallá de Jordania o el emir de Qatar, el cierre de la playa no ha gustado a nadie. «Ya sea él u otro multimillonario, siempre tienen prioridad sobre la gente común», aseguró una bañista.

Arabia Saudita se está convirtiendo en un socio económico primordial para Francia, con quien firma multimillonarios acuerdos con la venta de armas y aviones de combate, que podrían estar facilitando que el rey saudí se sienta como en casa, aunque sus vecinos no estén tan dispuestos a recibirles. (María D. Valderrama / El Mundo)