jueves, 23 de julio de 2015

julio 23, 2015
HOUSTON, Texas, 23 de julio.- En un jet privado y listo para las cámaras, así llegó Donald Trump este jueves a Laredo, Texas, en la frontera con México, donde reiteró sus críticas sobre la inmigración ilegal, aunque aseguró “amar a los hispanos que trabajan para él”.

El millonario arribó a Laredo con una gorra que lo decía todo: “Hagamos que Estados Unidos sea grande otra vez”. En una de sus primeras declaraciones, el magnate recalcó que no había nada más importante que lo que estaba haciendo en su visita: “Decir que la inmigración ilegal es un gran problema”.

Aunque el presidente del local 2455 en el Concilio Nacional de la Patrulla Fronteriza (CBP) Héctor Garza, fue quien lo había invitado, este jueves por la mañana se retractó.

“Después de una cuidadosa consideración de todos los factores involucrados en este evento y de comunicarme con los miembros de la Patrulla Fronteriza, se decidió que el local 2455 no participará en los eventos”, detalló Garza.

"Un muro en la frontera nos ahorraría muchísimo dinero. Tenemos que levantar un muro", afirmó el controvertido magnate inmobiliario, que lidera la intención de voto en la contienda republicana, según las últimas encuestas. (Reuters)

El líder local insistió en que la frontera no está segura y aclaró que no han entregado su apoyo a ningún candidato. "Un muro en la frontera nos ahorraría muchísimo dinero. Tenemos que levantar un muro", afirmó el controvertido magnate inmobiliario. Trump matizó que el muro debe levantarse solo en "algunas partes" de la extensa frontera entre ambos países.

Trump alegó que la organización recibió presiones de sus líderes nacionales y recorrió parte de la frontera acompañado del alcalde de Laredo, Pete Saenz, y del administrador de la ciudad, Jesus Olivares. “Los agentes de la Patrulla Fronteriza están petrificados con lo que está sucediendo, porque aquí hay un problema real”, reiteró.

El magnate se presenta como el más crítico entre los conservadores cuando se habla de inmigración ilegal, pero al mismo tiempo declaró su amor por los latinos en Estados Unidos. “Yo empleo miles y miles de hispanos. Amo a la gente, son grandes trabajadores, son gente fantástica y ellos quieren inmigración legal”, recalcó. El 95% de la población de Laredo es hispana.

Consultado por periodistas respecto a qué hacer con los 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos actualmente, Trump eludió la pregunta y dijo que primero había que “asegurar la frontera y luego tenemos mucho tiempo para hablar sobre eso”.

Cuando anunció su campaña en junio, Trump usó como uno de sus pilares la seguridad fronteriza y realizó declaraciones polémicas en contra de los inmigrantes indocumentados a quienes calificó de “narcotraficantes”, “violadores” y “criminales”. Desde entonces el tren medial Trump no ha parado.

La estrategia ha catapultado la candidatura del millonario entre la base republicana y la campaña está decidida a explotar el momento al máximo. La visita de Trump a la frontera es una pieza más en el ajedrez.

Una encuesta divulgada este mes realizada por ABC y The Washington Post, mostró que Trump es el candidato favorito para el 24% de los votantes republicanos registrados y entre los independientes que se inclinan por un candidato conservador. El estudio incluyó las opiniones telefónicas de 1.000 adultos.

El gobernador de Wisconsin, Scott Walker, alcanzó sólo un 13% mientras el exgobernador de Florida Jeb Bush obtuvo 12%.

El debate sobre la frontera es terreno fértil para que Trump pueda criticar a otro de los candidatos, el exgobernador de Texas Rick Perry. El magnate comentó que el trabajo de Perry en esta área fue “terrible”.

Perry emitió una declaración este jueves donde dijo que esperaba que Trump “le explicara a los hispanos por qué piensa que son violadores y asesinos. Espero que se disculpe por ridiculizar el trabajo de los hombres y mujeres del Departamento de Seguridad pública de Texas”, agregó.

El siguiente paso en el tren Trump es producir evidencia que demuestre que México está “enviando criminales” a cruzar la frontera, así lo aseguró en la conferencia de prensa en Laredo.

Varios conservadores en competencia por la Casa Blanca han criticado al millonario, mientras la cúpula del partido ha tomado distancia. En una entrevista realizada esta semana, Trump aseguró que el Partido Republicano no había sido justo con él e incluso comentó que estaba considerando presentarse como un candidato independiente. Pero al ser cuestionado al respecto en Laredo, el magnate dijo que “quería la nominación republicana”. (El País / La Nación)