viernes, 26 de junio de 2015

junio 26, 2015
BRUSELAS, 26 de junio.- El primer ministro italiano, Matteo Renzi, incendió ayer la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE por la discusión sobre las cuotas de demandantes de asilo. La flamante propuesta de la Comisión Europea de repartir entre los miembros de la UE a 40,000 demandantes de asilo sirios y eritreos llegados a Italia y Grecia, y de invitar a 20,000 más a venir al Viejo Continente, parecía seguir adelante, pero la voluntad del Consejo es que la distribución no sea por cuotas obligatorias y que no llegara por cuestiones de forma, a antes de otoño. Y eso irritó sobremanera a Renzi. "Si esa es su idea de Europa, adelante, así sea. Pero o hay solidaridad o no nos hagan perder el tiempo" reprochó en tono duro a sus homólogos, según fuentes europeas.

Los jefes de Gobierno se reunieron ayer en Bruselas en una Cumbre marcada por la actualidad griega (a la que dedicaron la primera hora y media del debate), el referéndum británico y el debate sobre inmigración. En la capital comunitaria se bromeaba con la ironía de que se discutirá entre los líderes sobre unos que quieren llegar (los inmigrantes), unos que se quieren ir (los británicos) y otros que pelean por quedarse (los griegos).

Antes del inicio de la Cumbre, bromeando el primer ministro griego, Alexis Tsipras, su colega italiano, Matteo Renzi, y la canciller de Alemania, Angela Merkel.

De la discusión de ayer quedó claro que habrá programa de reasentamiento y relocalización. Sin embargo, los Gobiernos se niegan en redondo a que esas 60.000 personas sean distribuidas de acuerdo a cuotas obligatorias y a que la fórmula para el reparto sea la de la Comisión, que tenía en cuenta el tamaño de la economía, la población de cada país, la tasa de paro y los esfuerzos previos en tema de asilo. Por eso, del documento final (que anoche, a las 03.00, cuando acabó el encuentro, no estaba finalizado) no aparecerán las palabras obligatorio, pero tampoco voluntario.

"Si quieren que sea voluntario, por nosotros pueden suspenderlo todo, nos apañaremos solos", insistió Renzi en un tono muy acalorado durante la cena, con el respaldo firme de Juncker, muy agresivo contra el Consejo, y el primer ministro de Malta. Y durante buena parte de la noche, hasta bien entrada la madrugada, se bloqueó la redacción del texto de conclusiones. "Su intervención fue muy emocional, muy pasional", confirman fuentes de la presidencia. "Con referencias al muro de Berlín y a la matanza de Srebrenica"

La tensión en la sala fue máxima. Entre Renzi y la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite. Entre el presidente de la Comisión y el del Consejo, Donald Tusk, al que varias delegaciones reprochaban en privado su descarada parcialidad en el debate. Él y su equipo cercano se oponen a las cuotas obligatorias, y como líder del Consejo está tomando partido y tratando de reconducir la discusión. Y según fuentes cercanas a la reunión, se enzarzaron abiertamente por las competencias.

"No crean a los que escriben tuits o filtran informaciones", dijo Juncker en la rueda de prensa posterior a la jornada, para justo después admitir que, como decían los tuits y las filtraciones, él había dicho durante el debate "me importa un carajo cómo se haga, quiero que se haga", en referencia a la aprobación de las cifras de 60,000 personas.

Además, Reino Unido encabeza las protestas por el lenguaje utilizado, preocupado por las posibles consecuencias legales de algunos de los términos y cláusulas incorporadas.

El documento que querían las capitales era muy claro: "ante la emergencia actual, y teniendo en cuenta nuestro compromiso de reforzar la solidaridad y la responsabilidad" el Consejo Europeo ha convenido en que "40,000 personas claramente necesitadas de protección internacional serán reubicadas", y que se llegará "a un acuerdo, de aquí a finales de julio, sobre la distribución de esas personas".

Por un lado, las capitales no aceptaban la imposición de la Comisión y del sistema de cuotas obligatorias, sino que se querían buscar un mecanismo que complemente la voluntariedad con cierto compromiso para intentar llegar a esos 40,000 asilados, algo tremendamente complicado, pero que mantiene su soberanía y no sienta precedentes. "La solidaridad sin sacrificio es pura hipocresía necesitamos hechos y cifras", advirtió el presidente del Consejo, Donald Tusk a su llegada, pese a que él mismo se alineó con los reacios.

Según explicaron fuentes del Consejo al finalizar la reunión, al próximo Consejo de Interior irá la propuesta de hoy, y en ella, un anexo en el que se detallarán las aportaciones y contribuciones de cada país, dejando claro que es algo voluntario y no obligatorio, como afirmó la canciller alemana, Angela Merkel, en uan comparecencia ante los medios pasadas las tres de la mañana.

"Es un objetivo modesto,. Que hayan hecho falta horas para esto demuestra que Europa no está a la cabeza de las ambiciones que declara cuando habla al exterior", reconoció con pesar el luxemburgués."Si no nos ponemos de acuerdo en 40.000 personas no somos dignos de llamarnos Europa", espetó Renzi a sus colegas lleno de impotencia. Y a la salida seguró que habría sido "una tomadura de pelo" no haber logrado el acuerdo, pero una vez que se alcanzó, lo valoró como "algo positivo porque se reconoce que no es un problema de Italia, sino de toda Europa. Hoy hemos dado un paso más allá de Dublín. Hoy se ha dado un pequeño paso hacia adelante".

Por su parte, polaco Donald Tusk, que citó a Mariano Rajoy y puso el ejemplo de España y las islas Canarias como muestra de que se pueden reducir las embarcaciones que salen de África con negociaciones, explicó que el sistema de cuotas se aplicará en todos los países, pero habrá tratamiento especial para Hungría, que ha recibido el doble de demandantes de asilo que Italia en los últimos meses.

El segundo problema es de plazos. De aquí a finales de julio debe haber acuerdo en cómo se distribuirán, qué cantidad propondrá aceptar cada país, cómo recopilar datos de todos y qué hacer con los que no son sirios y eritreos. Agosto es un mes no hábil en Bruselas, cuando cierra el Parlamento. Por lo que habría que irse a septiembre para una votación y todos los detalle técnicos de una operación muy complicada, con lo que no empezaría el programa para aliviar a Grecia e Italia hasta otoño.

Según la agencia europea Frontex, desde el inicio del año hasta finales de mayo 153,000 migrantes han sido detectados en las fronteras exteriores de la UE, un aumento del 149% respecto al mismo periodo del año anterior.

Los países aceptarían esos 60,000 asilados, pero con contrapartidas. "La aplicación de políticas eficaces de retorno, readmisión y reintegración (...) es un componente fundamental de la lucha contra la inmigración ilegal que ayudará a disuadir a la gente de poner su vida en peligro. Vamos a movilizar todos los instrumentos disponibles para promover la readmisión de migrantes ilegales en los países de origen y de tránsito", dice el texto.

Es decir: asilo para quien cumpla los requisitos y expulsión inmediata para los que no tienen derecho a la estancia y protección según la legislación. Implicando para ello a Frontex, la agencia de vigilancia que ahora hace también las tareas de salvamento, "reforzando su papel" y "en particular de modo que pueda poner en marcha misiones de retorno".

"Europa no puede ser sólo una organización burocrática y un objetivo económico, hace falta un acercamiento que tenga en cuenta los valores y los ideales", zanjó Renzi antes de retirarse. "El de la inmigración es el reto más grande que he afrontado en relación a la UE durante mi mandato", corroboró Merkel. (Pablo R. Suanzes / El Mundo)