jueves, 11 de junio de 2015

junio 11, 2015
Armando "Catón" Fuentes Aguirre 


Las pautas... La reina Victoria conoció por primera vez los deliquios del amor en brazos del príncipe Alberto, su guapísimo consorte. Al terminar el trance inaugural exclamó muy preocupada: "¡Oh my God! ¡Espero que esto no sea pecado, y que redunde en bien para el Imperio!". Don Eglogio, añoso campesino, fue a visitar a su hijo en la ciudad. Al día siguiente de su llegada le dijo: "Qué buen baño tienes, Bucolino. Cuando lo usé anoche abrí la puerta y automáticamente se encendió la luz. Al terminar de usarlo cerré la puerta y la luz se apagó sola". "¡Santo Cielo! -exclamó el muchacho-. ¡Se me hace que te hiciste pipí en el refrigerador!". Un elefante rosa, un cocodrilo azul y un dragón verde entraron en el bar. Les dijo el cantinero: "Es muy temprano, chicos. Todavía no llega el del delirium tremens". Simpliciano casó con Pirulina. En la suite nupcial le preguntó: "¿Soy yo el primer hombre en tu vida?". "No -respondió ella-. Pero si lo haces bien te prometo que lo pensaré dos veces antes de tener otro". ¿Cuál es la peor forma de contaminación ambiental que padecemos los mexicanos? ¿La de las chimeneas de las fábricas? ¡No! ¿La de las emanaciones que despiden los vehículos automotores? ¡No! ¿La del humo de los basureros que se queman? ¡No! La mayor contaminación ambiental que en México sufrimos es la de la propaganda política en radio, televisión y anuncios espectaculares. Ahora que esa machacona y estólida publicidad se ha suspendido parece que el aire se serena y viste de hermosura y luz no usada. En la emisora cultural que mi familia y yo operamos en Saltillo, Radio Concierto, hemos vuelto ya a poner los oratorios de Bach, las sonatas de Mozart, los conciertos de Beethoven y Brahms, las óperas de Verdi y de Puccini, nuestros programas con música de Lara y José Alfredo, de Coltrane y Dylan, sin tener que cortarlos a cada rato para trasmitir un necio y engañoso mensaje del Partido Verde o del PT. Si no difundimos esos pedestres anuncios, si nos apartamos siquiera unos segundos de las llamadas "pautas" que nos impone el Instituto Nacional Electoral, los empleados que dedican las 24 horas del día y de la noche a la tarea de monitorearnos -o sea de vigilarnos- dan inmediato aviso de nuestro desacato, y eso nos expone a ser objeto de una multa, y aun a la cancelación del permiso que nos da el gobierno para difundir cultura sin percibir por ello ingreso alguno, pues a las emisoras culturales se nos prohíbe trasmitir otra publicidad que no sea la de los partidos. Al parecer nadie está consciente del grave atentado contra la libertad y contra la cultura que eso entraña. ¿Durante cuánto tiempo podremos seguir realizando sin estorbos nuestro trabajo diario? No mucho. Vendrá la próxima campaña electoral y otra vez la "clase política" -la casta política- se apoderará de nuestra estación y obligará a nuestros oyentes a escuchar basura. Ninguna objeción pondríamos a transmitir debates entre los candidatos, o programas de información sobre el proceso electoral, pero tener que estar interrumpiendo continuamente nuestra programación para pasar los cerca de 100 spots diarios que nos asesta la autoridad electoral es burda imposición que irrita a nuestro público y contra la cual nosotros no podemos hacer nada. Disfrutaremos con nuestros oyentes el breve tiempo en que nos liberamos de esa contaminación, en espera de que las cosas en México cambien en tal forma que sea el interés de los ciudadanos, y no el de los políticos, el que prevalezca en el país... En la barra de la cantina un apesadumbrado tipo bebía solitario. Le dijo al tabernero: "Mi mujer huyó con mi mejor amigo. ¡Cómo lo voy a extrañar!". Don Valetu di Nario, senescente caballero, casó con Pomponona Grandyboobs, frondosa dama en flor de edad. Apenas iba a empezar la noche de bodas cuando el maduro galán, quizá por efecto de la presión del día, sufrió un síncope cardíaco que obligó a los paramédicos a llevarlo a un hospital. Ahí un doctor le sugirió a la ansiosa novia: "Su marido está muy mal, señora. Debería usted decirle algunas palabras que lo animen". Se inclinó ella sobre su cansino cónyuge y le dijo: "Ponte bien ahora mismo, Valetu, pues si no lo haces tendré que buscar a alguien con quien pasar la luna de miel". FIN.