jueves, 14 de mayo de 2015

mayo 14, 2015
LONDRES, 13 de mayo.- Las correspondencia secreta entre el príncipe Carlos de Inglaterra y miembros del Gobierno entre 2004 y 2005 ha visto finalmente la luz este miércoles. La publicación se produce después de que, a finales de marzo, la autorizara el Tribunal Superior de Justicia británico. La máxima instancia judicial consideró ilegal, por tanto, el intento del anterior Gobierno de David Cameron, con el apoyo del heredero a la corona, de impedir que las cartas salieran a la luz.

La publicación de las 27 cartas pone fin a un conflicto que empezó hace 10 años cuando un periodista de The Guardian, Rob Evans, solicitó al Ejecutivo copias de dichas misivas por considerarlas de interés público, amparándose en la Ley de Libertad de Información. El Ejecutivo trató de bloquear la publicación, alegando que podría comprometer “la posición de neutralidad política” exigida al heredero al trono. Downing Street, según The Guardian, ha gastado 400,000 libras (unos 550,000 euros) en costes legales durante la batalla que ha perdido este miércoles.

Enlace a la noticia en The Guardian y enlace a las cartas completas.

Los temas que aborda el príncipe Carlos en las cartas, publicadas a las 17.00 del miércoles (hora peninsular española) en la web del Gobierno, tienen que ver con sus conocidas áreas de interés personal, como el medio ambiente, el patrimonio arquitectónico, la educación o el mundo militar. De las 27 cartas, solo 10 han sido escritas por el heredero.

En una de ellas, dirigida a Tony Blair, Carlos de Inglaterra expresa su preocupación por las dificultades a las que se enfrentaban las fuerzas británicas en Irak, por la falta de recursos y por el “deficiente desempeño” de los helicópteros Lynx. “A pesar de ello”, lamenta el hijo de Isabel II, “la adquisición de nuevos aparatos que reemplacen a los Lynx atraviesa más retrasos e incertidumbre debido a una significativa presión en el presupuesto de Defensa”. “Temo que esto sea solo un ejemplo más de cómo a nuestras Fuerzas Armadas se les pide un trabajo extremadamente exigente (especialmente en Irak) sin los recursos necesarios”, añade.

Las cartas relacionadas con la agricultura y el medioambiente abordan temas diversos. El príncipe heredero habla de la manera en la que invertir dinero del contribuyente y señala nombres para determinados puestos. En febrero de 2005, envía una carta a Blair recomendando el sacrificio de tejones para combatir el problema de la tuberculosis en el ganado. “Le ruego que vuelva a valorar introducir el sacrificio de tejones donde fuera necesario”, escribe. “No puedo comprender por qué al lobby de los tejones parece no importarle nada el sacrificio de miles de cabezas de ganado muy caras”.

Además Carlos advirtió de los problemas de la Agencia de Pagos Rurales, que distribuye el dinero a los agricultores, y pidió que se nombrara un agente independiente para proteger los intereses de estos frente a los poderosos supermercados.

La petición de publicar las cartas, realizada por Evans, fue inicialmente denegada por el Comisario de Información y luego autorizada por la Cámara Administrativa de Apelaciones. La Justicia consideró que las cartas podían ser publicadas porque existe un interés público en “la transparencia y en cómo y cuándo el príncipe Carlos persigue influenciar en el Gobierno”. El fiscal general, Dominic Grieve, desautorizó después al tribunal alegando que la correspondencia, mantenida entre septiembre de 2004 y abril de 2005, “formaba parte de la preparación del príncipe de Gales para reinar” y que hacerla pública “podría dañar su capacidad para ejercer sus obligaciones cuando sea rey”.

Las cartas, según el fiscal, contienen “los puntos de vista y creencias más personales y profundas del heredero” y este los expresó “en la creencia de que sería confidencial”. El pasado mes de marzo, finalmente, la última instancia judicial concluyó que el fiscal general carecía del poder legal para anular la decisión del tribunal y autorizó que las cartas vieran la luz. (Pablo Guimón / El País)