martes, 19 de mayo de 2015

mayo 19, 2015
Pedro Echeverría V.

1. Para no repetir lo que hemos hecho varias veces sin resultados para el pueblo: ¿Qué pasaría si el próximo martes 26 de mayo, para protestar por la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, los que nos reunamos en Zaragoza, Indios Verdes, Taxqueña y Auditorio Nacional en vez de marchas hacia el Zócalo a las 10 horas, los aproximadamente 25 mil de cada contingente nos dirigimos a bloquear por tres días (cada contingente por su rumbo) las carreteras-entrada de Puebla, Pachuca, Querétaro, Cuernavaca y Toluca? Y los otros 50 mil que aporten los electricistas, el lópezobradorismo y el zapatismo bloquean tres días bancos, embajadas y el aeropuerto.

2. Seríamos sólo 150 mil, más sectores del pueblo que tengan conciencia para apoyarnos. (Recuerdo que una de las marchas de 2005 contra el desafuero de López Obrador, reunió a más de un millón de seguidores) Obvio el gobierno –apoyado por los estrategas militares entrenados en los EEUU- desde la noche anterior movilizarían a 500 mil soldados disfrazados de policías para acordonar los lugares de citas para demostrar una vez más que la CNTE y sus apoyadores solidarios necesitan a más de un millón de activistas. Pero tendríamos la oportunidad de medir fuerzas, de ver si son reales y consecuentes, así mismo para que el pueblo se dé cuenta muy bien del tipo de enemigo que tiene al frente.

3. Pienso que la Ciudad de México cuenta con millones de jóvenes luchadores sociales, sobre todo los estudiantes de la UNAM, del POLI, la UAM, Bachilleres –hasta los niñitos de las escuelas particulares- que están descontentos contra los gobiernos del país y el sistema de explotación capitalista. ¿Puede olvidarse la huelga recién del POLI, las batallas de 1999 en la UNAM, las luchas del 132, la huelga de la Universidad de la Ciudad de México, sobre todo de los valerosos estudiantes de los cinco planteles del CCH? Hoy luchamos contra el secuestro y desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa; pero en meses anteriores siempre contamos con el apoyo de ellos en nuestras batallas, sobre todo en las de los maestros de la CNTE.

4. ¿Vamos a dejar solos a los guerrerenses, oaxaqueños y michoacanos que han hecho frente a gobiernos déspotas y ladrones que han sido no solo cómplices sino impulsores del crecimiento de la inseguridad y los asesinatos de los últimos 30 años de neoliberalismo? Es obvio que en esos tres estados deben boicotearse las elecciones del próximo 7 de junio, pero también en Chiapas, Jalisco y Nuevo León donde se han acumulados asesinatos. No es si de todas maneras van a declarar al PRI y al PAN como victoriosos, sino sentar un precedente en el país que el despotismo y los asesinatos no pueden quedar sin castigo. Quizá a quien más duela el boicot sea al nuevo partido Morena, pero también esa corriente tiene que encontrar otras alternativas.

5. El movimiento social de los trabajadores del campo y la ciudad y de los estudiantes, tiene que crecer masivamente y superar a las fuerzas armadas que el gobierno de la burguesía le está plantando como amenaza permanente. Así como desde siempre el pueblo le ha tenido miedo desde hace siglos al ejército y la policía, de la misma manera la burguesía explotadora y opresora debe tener miedo al pueblo organizado que son sus acciones logra imponer su autoridad como fuerza de masas. La clase gobernante encarcela y asesina a quienes protestan y luchan, pero cuando el pueblo demuestre su fuerza y organización la burguesía ya no podrá nunca más robar, engañar y matar porque tendrá que rendir cuentas al pueblo organizado.

6. Si personajes como López Obrador y sus seguidores sólo confían y quieren procesos electorales pues que se ganen los votos respetando, acompañando y apoyando todas las luchas sociales. En un mundo dividido en clases sociales, donde una minoría ha acumulado gigantescas riquezas explotando a millones de trabajadores, no se puede ser neutral o independiente en las luchas de clases. Aunque sean campañas electorales se tiene que enseñar a la población las causas de su miseria, del desempleo, la inseguridad, el fracaso en servicios de salud, educativos, de vivienda. ¿O sólo hablar de boberías para seguir manteniendo a la población en la total ignorancia política? ¿Cómo evitar que la población siga siendo idiotizada por la funesta TV y otros medios?

7. Si volviera a repetirse que cinco grandes marchas entren al Zócalo de la Ciudad de México, muchos preguntaríamos: ¿Después del mitin qué? ¿Regresaríamos a nuestra casita o a nuestros estados recorriendo nuevamente los 1,500 kilómetros de carreteras machacando la misma frustración de más de 30 años? Marchar para atrás sería recorrer la vieja experiencia de ir al Zócalo a desahogarnos con discursos; marchar para adelante será vivir otra experiencia marchando hacia el bloqueo de carreteras, aeropuerto y bancos, pero para ello los estudiantes también deben organizarse. También deberían participar los Sicilia, Vera, Solalinde, Marcos del EZLN y muchas corrientes más que deberían ser las anfitrionas en la Ciudad de México. (18/V/15)