miércoles, 15 de abril de 2015

abril 15, 2015
BOGOTÁ, 15 de abril.- "He ordenado a las Fuerzas Armadas levantar la orden de suspensión de bombardeos a los campamentos de las FARC hasta nueva orden", anunció el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hoy al término de un consejo extraordinario de seguridad que encabezó en la ciudad de Cali, a unos 50 kilómetros del lugar del ataque, tras conocerse que la guerrilla había matado a 11 soldados y que dejó 17 militares heridos. Y también ordenó desplegar acciones ofensivas para proteger a la población civil. "Tenemos que dar con autores de este acto", dijo.

Este miércoles fue un día oscuro para el proceso de paz entre las FARC y el Gobierno colombiano. La guerrilla asesinó a once soldados e hirió a otros 18 a las 11:00 de la noche del martes en la vereda La Esperanza, corregimiento de Timba, norte del Cauca, departamento ubicado en el norte del país.

La masacre, perpetrada con granadas, artefactos explosivos y armas de fuego mientras los militares buscaban escampar de la lluvia en un centro comunal, no ha sido suficiente para que el presidente Juan Manuel Santos ordenara a sus negociadores levantarse de la mesa de diálogo y echar abajo los avances entre las partes porque se pactó negociar en medio de la guerra.

Este hecho lamentable, que enluta al país, ha llevado a la oposición de los diálogos de paz a reafirmar que la subversión no quiere un verdadero acuerdo de reconciliación.



El general Mario Valencia, comandante de la Tercera División del Ejército confirmó que sus hombres fueron atacados con granadas, artefactos explosivos y armas de fuego por guerrilleros de la columna móvil Miller Perdomo de las FARC. Los hechos se presentan en un momento en que los negociadores de la guerrilla, desde La Habana, habían decretado un cese unilateral al fuego desde el 20 de diciembre. A cambio habían recibido una promesa del Gobierno Santos de suspender los bombardeos en su contra en regiones selváticas del país.


Críticas

Desde Cuba, las FARC no se quedaron quietas. Salieron al paso a la andana de críticas de los opositores colombianos que hasta le pidieron al Gobierno terminar los diálogos. La subversión cree que la muerte de los 11 soldados surge por la incoherencia del Gobierno "que está ordenando operativos militares contra una guerrilla en tregua". El líder guerrillero Félix Antonio Muñoz (alias 'Pastor Alape') entregó unas declaraciones que no han pegado bien entre algunos colombianos. "Sea emboscada, contraemboscada, asalto; lo que tenemos que mirar es que hay unos colombianos muertos y es lo que hay que parar". Y propone un cese al fuego bilateral urgente.

No obstante, quienes conocen a Santos señalan que no les aceptará un cese bilateral al fuego. Y al contrario, autorizará de nuevo a las fuerzas militares a adelantar bombardeos. No le conviene pasar por alto este hecho, y menos cuando miles de colombianos en redes sociales están ofuscadas con la actuación de una guerrilla que habla de paz, pero asesina.

El país está polarizado. Los diez muertos por las FARC le dio una oportunidad a la oposición para atacar a Santos y a su polémico proceso de paz. "Santos, no nos engañe más por favor, no justifique el asesinato de nuestro soldados con el cuento de la "guerra que quiere terminar"", dijo en su red social Twitter el ex presidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez, principal contradictor de la guerrilla.

En el departamento del Cauca, campo de batalla de la guerrilla desde hace varias décadas, siguen atendiendo a los militares heridos, las víctimas lloran a sus soldados muertos, el país sigue conmocionado -porque desde hace varios meses las FARC no eran protagonistas de una masacre de esta magnitud-, mientras el presidente Juan Manuel Santos se solidarizó con las víctimas y enfiló baterías para demostrarle al país que no se le amilana a la subversión, pero que tampoco echará a la borda lo alcanzado. (Francisco Argüello / El Mundo)