domingo, 26 de abril de 2015

abril 26, 2015
MADRID, España, 25 de abril.- Si hasta ahora en los conciertos en el Vaticano en honor al Papa estaban los jefes de Estado y de Gobierno, así como representantes de grandes instituciones, con Francisco todo ha cambiado y se espera en que el Aula Paolo VI estén sentados los pobres, los inmigrantes y las personas sin hogar en los puestos de honor.

Esa será la particularidad del concierto que se realizará en la sala Nervi el próximo jueves 14 de mayo a las 18 (hora local) con el elocuente título "con los pobres y para los pobres". En la solemnidad de la Ascensión, se exhibirán la Orquesta Filarmónica Salernitana "Giuseppe Verdi", dirigida por el maestro Daniel Oren, y el Coro de la Diócesis de Roma, a cargo de monseñor Marco Frisina, para apoyar las obras de caridad del Papa y con el patrocinio de la Limosnería Apostólica.

Francisco ha decidido reservar los asientos de honor de un concierto que se celebrará en el Vaticano a los pobres, los migrantes, las personas sin hogar. Por primera vez, en primera fila, habitualmente ocupada por jefes de estado, dignatarios, representantes de las instituciones, los que se sentarán son aquellos que están más presentes en el corazón de Bergoglio.

Otros patrocinares de un evento que une el aspecto cultural con el benéfico son el Consejo Pontificio de la Cultura, el de la Nueva Evangelización y la Fundación San Matteo, del cardenal Van Thuan.


La entrada será gratuita, pero a todos los presentes se les dará la posibilidad "de contribuir con ofertas voluntarias -explicó la organización- que serán dadas" al Limosnero de Su Santidad, el obispo y teólogo Konrad Krajewski. El programa incluye música del propio monseñor Frisina, en participar arias de la ópera musical "La Divina Comedia", para celebrar los 750 años del nacimiento de Dante Alighieri, además de fragmentos de música sacra.

Pero los protagonistas absolutos del evento serán los más necesitados. Serán ellos los invitados más ilustres de la jornada, llamados a través de asociaciones de caridad y de voluntariado que trabajan para ayudarlos y colaboran en la realización del concierto.

 Algunas de esas asociaciones son Caritas Diocesana de Roma, el Gran Priorato de Roma y la delegación de la Soberana Orden de Malta, el Círculo San Pietro, la Comunidad de San'Egidio y el Centro Astalli, que asiste y llevará inmigrantes y refugiados.

"Ocuparán en el aula los puestos de honor y, junto a ellos, siguiendo las enseñanzas del Papa, serán enviadas familias, ancianos, jóvenes de todas las parroquias romanas, en particular aquellos que en las periferias de Roma viven situaciones de malestar espiritual y material, con el deseo de que para ellos, y para todos aquellos que participen, esa velada sea una semilla de confianza y de esperanza para el futuro", explicó la organización. El concierto será presentado oficialmente en el Vaticano, en una conferencia de prensa prevista el próximo 30 de abril.

Pero el espíritu del evento marca una clara diferencia con respecto a los conciertos que se celebraban hasta hace sólo dos años. Aún permanece en la memoria la sorpresa del 22 de junio de 2013, cuando el argentino Jorge Bergoglio, a último momento, no asistió al "Gran Concierto de música clásica por el Año de la Fe" por una "incumbencia urgente e improrrogable".

Según trascendidos de prensa italiana, la ausencia del Papa, que sorprendió a toda la Curia romana presente en el acto, habría sido porque Francisco dijo entonces no ser un príncipe del Renacimiento.

La imagen de la silla vacía del Papa se volvió, de manera traumática, un símbolo bien diferente en la imagen pública del pontificado, caracterizada por la sobriedad y por la acción prioritaria en favor de los pobres. (periodistadigital.com / Repubblica)