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| COINCIDENCIA La procuradora Arely Gómez y su predecesor, Jesús Murillo Karam, se encontraron en los pasillos del nuevo edificio del Senado. (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL ) |
En política no hay casualidades, suelen repetir los políticos, pero en esta ocasión juran que lo fue, que el encuentro y abrazo entre la procuradora y el ex procurador general de la República fue obra de la casualidad. La procuradora y senadora con licencia Arely Gómez acudió esta mañana al Senado, para cumplir con una promesa: desayunar con el coordinador parlamentario del PRI, Emilio Gamboa Patrón, y los legisladores del tricolor, nos cuentan. Hubo diálogo franco, amistoso, reconocimientos, apapachos y algunas anécdotas entre doña Arely y sus ex compañeros de bancada, nos dicen. La procuradora se despidió y salió a los pasillos del nuevo edificio del Senado. En el trayecto, se topó con el ex procurador Jesús Murillo Karam, quien tenía cita en la Comisión de Desarrollo Urbano y Ordenación Territorial. Ambos se saludaron y abrazaron, nos mencionan. "Feliz coincidencia", expresó Gamboa Patrón. La última semana de febrero, Gómez entró al relevo de Murillo, quien dejó la PGR tras el caso Ayotzinapa y para ir de titular a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.
Sota ya es licenciada
Después de dos décadas de aplazar la decisión, Alejandra Sota Mirafuentes por fin ya es licenciada. Envuelta en la crítica y acusaciones de que se ostentaba con ese nivel académico —lo que siempre negó—, la ex vocera del ex presidente Felipe Calderón se tituló anoche en el ITAM en Ciencia Política. Y su tesis no podía estar alejada de su experiencia en Los Pinos: ¿Qué importa más a la hora de evaluar al Presidente?, Un análisis de la aprobación presidencial 2007-2012, que defendió por casi dos horas ante los sinodales, nos dicen. ¿Reconocerá doña Alejandra por fin las fallas en comunicación en el sexenio calderonista? En aquellos tiempos, Calderón no se cansaba de admitirlo en privado: el error en su gobierno fue de comunicación. A lo que sigue, dirá en estos momentos doña Alejandra.
Barbosa, entre aplausos
Hace unos días, el presidente de la Mesa Directiva del Senado, el perredista Miguel Barbosa, tuvo una leve recaída en su estado de salud, una molestia en su pierna izquierda, nos dicen. Nada grave, pero el médico recomendó reposo. Sin embargo, don Miguel no ha dejado de trabajar y ha estado al frente de los trabajos en el pleno. Tozudo, Barbosa se presentó este miércoles a una sesión solemne en la sede legislativa histórica ubicada en Palacio Nacional, en el marco del seminario “La Constitución rumbo al Centenario”. El senador perredista fue recibido con aplausos por sus compañeros legisladores. Pero no estaría mal, nos comentan, que atienda sus labores, sin desatender las recomendaciones de sus médicos.
Diputada audaz
La diputada del PAN Elizabeth Yáñez encueró a sus compañeros legisladores en la reunión de la Comisión de Vigilancia con el auditor superior de la Federación, Juan Manuel Portal. Sin tapujos, recordó que desde que se entregó la Cuenta Pública 2013 han tenido dos encuentros con la plana mayor de la ASF, los hombres y mujeres que revisan las cuentas nacionales, para dialogar sobre las auditorías y plantear dudas y preguntas. Sin embargo, doña Elizabeth les echó en cara que en la pasada reunión solamente acudieron 10 diputados de 28 y ayer la cosa estuvo peor: sólo había seis. ¿Y el interés por la transparencia y el combate a la corrupción?
El proletariado del helicóptero
Cuando un ciudadano (miembro del "proletariado") se levanta tarde y se le complica llegar a su trabajo toma su celular y pide que le manden un helicóptero. Al menos esa es la manera de hacer las cosas desde el punto de vista marxista moderno, cosa de echarle el ojo al argumento de don Jesús Ortega: un dirigente político no se "aburguesa" por viajar en avión o utilizar helicópteros. Eso sí, hay que presentar los recibos del costo. Qué tanto escándalo por miserables 63 mil 143 pesos por la renta de un helicóptero para que el dirigente nacional del PRD, Carlos Navarrete, llegue a tiempo. Se puede ser burgués o proletario, pero nunca impuntual.
