MERIDA, Yucatán, 15 de abril.- La denuncia presentada por la gerencia regional del Servicio Postal Mexicano (Sepomex) contra el candidato del PAN, Mauricio Vila Dosal, por supuesto daño en propiedad ajena, por la instalación de propaganda en su red de buzones en una cortina de humo del sistema PRI.
Es clara la estrategia de tratar de desviar la atención contra las denuncias que el PAN ha presentado contra el Ejecutivo local: primero ante la Auditoría Superior de la Federación por el desvío de $65 millones correspondientes al Ramo 20 de la Sedesol con fines electoreros y luego por las anomalías detectadas en el programa Bienestar que está plagado de irregularidades, con licitaciones amañadas, precios inflados y ocultamiento de información.
La denuncia presentada por Sepomex es una falacia, una lamentable reacción contra las querellas anteriormente señaladas, ya que la instalación de la propaganda corrió a cargo de la empresa denominada Operadora de Publicidad, Espectáculos y Promociones (OPEP), S.A. de C.V., con domicilio Av. Colonia del Valle No. 528-302 Col. Del Valle, México D.F., con base en un convenio.
Es claro que, con base en lo anterior, en este asunto no puede haber daño en propiedad ajena porque la instalación de la propaganda se basó en un convenio signado con una empresa concesionaria de Sepomex, que fue la que se encargó de colocar la referida propaganda, y en todo caso es algo que se tendrá que aclarar entre OPEP y Sepomex.
Con este tipo de denuncias infundadas se pone de manifiesto que el Sistema PRI, incluyendo al gobierno federal, anda preocupado no sólo por desviar la atención de las denuncias que hay en su contra, sino también por la escasa respuesta de su candidato a la alcaldía de Mérida y busca cómo darle un poco de oxígeno.
Las campañas y los candidatos del PAN siempre se han conducido con pleno respeto a la legalidad, cosa que no pueden decir los tricolores y sus satélites que, a todos nos consta, violaron el silencio electoral de modo reiterado.
Nuestro candidato a la alcaldía seguirá adelante cosechando más simpatías de los meridanos quienes, por cierto, ya saben distinguir quiénes son los verdaderos violadores de la ley.
