domingo, 15 de marzo de 2015

marzo 15, 2015
MÉRIDA, Yucatán, 15 de marzo.- La cosmovisión de la cultura maya inspiró la obra del urbanista Pedro Ramírez Vázquez, pues en ella plasmó el principio ancestral de que el espacio físico responde a una concepción espiritual de las cosas, en el que se privilegia el uso colectivo por encima de las mismas construcciones, afirmaron el viernes especialistas en el tema durante la presentación del libro “Arquitectura”. 

En el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) 2015, el titular de la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta), Roger Metri Duarte, en representación del Gobernador Rolando Zapata Bello, encabezó la ceremonia en la que se dio a conocer la obra, editada por Miguel Ángel Porrúa con el respaldo de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).


Durante el evento, desarrollado en el Salón Ek-Balam del Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI, Javier Ramírez Campuzano, hijo del reconocido arquitecto, sostuvo que su padre interpretó y buscó asimilar la visión del mundo del pueblo maya con soluciones arquitectónicas contemporáneas, en donde convergen la escultura, la pintura y la arquitectura, logrando una unidad perfecta.

La sabiduría de los mayas le permitió comprender las características de su medio ambiente para usarlo y modificarlo. Ello, porque el reconocimiento de la identidad no se da sólo con el presente: recurrir al pasado y configurar el futuro es parte de la afirmación de la vida, de la reafirmación del hombre y de su significación en la historia”, aseveró. 

Ante estudiantes, dirigentes de cámaras empresariales, académicos e investigadores, el actual director de la firma Ramírez-Vázquez y Asociados refirió que su progenitor fue un arquitecto de vocación, servidor de convicción y hombre cuya presencia fue acción, su ausencia inspiración, “porque comprendió a profundidad la raíz social  que debe significar la expresión arquitectónica como respuesta en un proyecto.

Entendió los proyectos como expresión para la convivencia, por ello resolvió con soluciones únicas los espacios de uso colectivo para la cultura con museos, para el comercio con mercados, para la educación con escuelas, para el culto con templos, para el deporte con estadios, para el espectáculo con teatros y auditorios, para el trabajo con corporativos de oficinas, para la salud con hospitales, para la reunión con centros convenciones y exposiciones, finalizó.

El ejemplar presentado la noche del viernes fue editado por Miguel Ángel Porrúa y en él se recogen las memorias del reconocido arquitecto mexicano con una visión, tanto profesional como personal, de lo que representó poner al servicio de la sociedad su conocimiento y la técnica para crear espacios.

En la obra se mencionan las áreas emblemáticas diseñadas por Ramírez Vázquez, que constituyen el rostro de las ciudades. En ella, no sólo se refiere a sus características estéticas, que por sí solas saltan a la vista, sino a la utilidad de éstas.

En el evento, se recordó que el fallecido urbanista mexicano fue creador de grandes obras como el propio Centro de Convenciones de Yucatán, el Museo Nacional de Antropología, la sede del Congreso de la Unión con el Palacio Legislativo de San Lázaro, el estadio Azteca, entre otras.

Al hacer uso de la palabra, los presentadores Alfredo Alonso Aguilar, director de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y Antonio Toca Fernández, director de Vinculación Metropolitana Norte de la Sedatu, coincidieron en resaltar que Ramírez Vázquez promovió la enseñanza de esta ciencia al servicio del hombre y fue precursor de la planeación urbana en México.

A la presentación asistieron el rector de la UADY, José de Jesús Williams; el director de la FILEY, Rafael Morcillo López; el presidente local de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Edgar Conde Valdez; el delegado de la Sedatu en la entidad, Wilberth Novelo Ceballos, y Jorge Carlos Ramírez Marín.