sábado, 28 de marzo de 2015

marzo 28, 2015
MÉRIDA, Yucatán, 28 de marzo.- Al conmemorarse una centuria de la creación del “Bálsamo del Dr. Castro” y del “Ungüento del Dr. Castro” que continuaron elaborando las familias Castro Zetina y Castro Castillo, el Centro Cultural ProHispen les entregó un Reconocimiento por mantener viva esta actividad que inició el Dr. José Castro Zetina en el año de 1910 en el estado de Campeche.

La señora Ma. Teresa Méndez Castro recibió el reconocimiento (fotos: ProHispen)

Esta actividad cultural se efectuó la noche del miércoles 25 del presente mes en el auditorio “José Díaz Bolio” ante la presencia de los descendientes del Dr. Castro, así como de la Sra. Margarita Díaz Rubio presidenta de la institución que hizo entrega del reconocimiento.


Estuvo a cargo del Sr. José Adolfo Díaz Torre, director de la comunidad educativa Allianz y recibió el reconocimiento la Sra. María Teresa Méndez Castro, nieta del creador del bálsamo y ungüento. En el evento se proyectó un PowerPoint con la historia del Dr. Castro.

Historia del Dr. José Castro Cetina.

Este médico homeópata, nació en Ciudad del Carmen el 19 de marzo de 1882 y fue registrado posteriormente en la ciudad de Campeche, Campeche, fue hijo de los señores don Tomás Castro y doña Amada Zetina. Sus hermanos fueron Faustino y Eloísa, y Manuela Mc Carthy, fruto de una relación anterior de la señora Zetina. En su niñez y adolescencia el Dr. Castro Zetina estudió en el Liceo Carmelita que fundó el profesor italiano Honorato I. Magaloni quien tenía amplios conocimientos sobre ciencias naturales, medicina y otras disciplinas científicas.

En 1910 el Dr. Castro Zetina crea el ungüento y el bálsamo que lleva su apellido paterno con esencias naturales y tinturas y ese mismo año la H. Junta Superior de Sanidad aprobó el uso del ungüento microbicida del “Dr. Castro” y el 25 de octubre de 1923 patentó la fórmula del bálsamo con el No. PAT23158. Funda para su comercialización la empresa Laboratorios de la Península y empieza a vender sus productos en los estados de Campeche, Tabasco y Chiapas y luego en el territorio de Quintana Roo que fue de mucha utilidad para los chicleros. 

Al llegar a Yucatán promoviendo sus productos conoce en Halachó a la Srita. Desideria Castillo Sánchez, recién nombrada directora de una escuela primaria, con quien se casa y procrean cinco hijos: José, Enrique, Raúl, Miguel Ángel y Teresa María. Tiempo después la familia Castro Castillo se traslada a Mérida donde continúa con la fabricación y venta de sus productos.

Pero durante la primera guerra mundial y ante la escasez de las esencias naturales que en su mayoría llegaban de Europa y China, el Dr. Castro se ve en la necesidad de trasladarse con su familia al puerto de Veracruz con la esperanza de tener acceso más directo a los insumos que requería. Allí siguió fabricando sus productos que vendía con dificultad pues en sus recorridos por las poblaciones tuvo que sortear frecuentes balaceras y explosiones que se suscitaban como consecuencia de la revolución que se desarrollaba en esta parte de México.

En 1926 el Dr. José Castro Zetina regresa con su familia a Mérida donde reinicia sus actividades en su laboratorio y continuar vendiendo sus productos en la península yucateca. Al fallecer en esta ciudad el 5 de septiembre de 1958 deja sus bienes y propiedades, sus marcas y patentes a su viuda e hijos quienes continuaron fabricando el bálsamo y ungüento hasta el año de 1995. Tiempo atrás había fallecido José, el hermano mayor y en los años 80 la viuda Desideria y su hijo Enrique.

En 1996 un hijo del Sr. Enrique Castro Castillo que estaba encargado de la administración del laboratorio, registra de manera ilegal a su nombre las marcas que le pertenecían a los hermanos Castro Castillo. La hermana mayor, Teresa María Castro Castillo viuda de Méndez empieza a tratar de recuperar las marcas del ungüento y del bálsamo pero fallece en 2010. Sin embargo y después de 20 años de luchas legales el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (Impi), determinó que sólo los hijos de la hermana que defendió las marcas son los legítimos titulares. En la actualidad la Sra. María Teresa Méndez Castro de Mézquita y sus descendientes son los tienen los derechos y quienes continúan produciendo y comercializando el bálsamo y ungüento del Dr. Castro. (ProHispen / José Susano Durán Esquivel)