lunes, 2 de marzo de 2015

marzo 02, 2015
Opinión de José Repetto

Hoy, lunes 2 de marzo de 2015, el Tribunal Constitucional del Estado de Yucatán tiene la oportunidad de hacer historia, ya sea rompiendo con siglos de discriminación e ignorancia reconociendo el derecho de las parejas del mismo sexo a casarse y formar una familia, como iguales absolutos de los matrimonios tradicionales, o bien perpetuándola de nueva cuenta.

Javier y Ricardo, la primera pareja del mismo sexo en contraer matrimonio en Yucatán por medio de un amparo. (foto: JMRM)

Atendiendo a un recurso interpuesto por tres asociaciones civiles el pasado mes de mayo, los magistrados del Poder Judicial decidirán si el congreso local violó la Constitución Federal en 2009 al prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El Legislativo tendría no más de un año para enmendar su error y legislar acorde a Derecho.

Como se recordará, hace ya 6 años un grupo de asociaciones civiles, de carácter conservador, sumaron fuerzas en la denominada Red Pro Yucatán para no solamente frenar de un solo golpe el esfuerzo de los activistas que entonces recolectaban firmas para lograr que la legislatura reconociera sus derechos, sino cerrar esa puerta e imponer sus creencias personales a toda la sociedad y decirle a las parejas del mismo sexo "ustedes no se pueden casar porque a nosotros no nos parece".

Movidos por sus dogmas de fe, décadas de adoctrinamiento, fobias y prejuicios y justificando la imposición de su postura con falacias de todo tipo, los integrantes de la Red lograron que 24 de 25 legisladores locales (con la honrosa y solitaria excepción de la diputada Bertha Eugenia Pérez Medina, del PRD) fueran contra la tendencia que predomina en occidente de reconocer a las parejas del mismo sexo como iguales absolutos ante la ley y la sociedad y brindarles la protección que el Estado otorga al matrimonio tradicional.

Sin embargo, y para la frustración de los inquisidores, esto no detuvo la lucha de la diversidad sexual en la entidad. 

En agosto de 2013 se celebró la primera boda entre dos hombres en Yucatán. Ellos, al igual que quienes les han seguido, tuvieron que tramitar un amparo para dicho fin. Desde entonces, al menos una decena de parejas han contraído matrimonio en nuestro estado de esta manera, al igual que ha sucedido en otras entidades federativas.

En meses pasados Martha Góngora Sánchez, directora del Registro Civil, dejó que sus sentimientos personales, o bien los de sus jefes, prevalecieran sobre la ley al intentar negarse a sellar de recibido una serie de oficios donde varias parejas solicitaban contraer matrimonio, con el evidente fin de tramitar un amparo.

También generó indignación el hecho de que el Registro Civil asentara los matrimonios de parejas del mismo sexo en un libro diferente, hecho que finalmente fue corregido.


Existe la posibilidad de que los magistrados y posteriormente los legisladores sean tibios, y aprueben "uniones civiles" (separados pero iguales) o, peor aún, que pese más el dinero y poder de los conservadores y de la Iglesia Católica y que yendo contra la Constitución y contra la tendencia del mundo moderno el Tribunal perpetúe la homofobia y la discriminación tal como lo hicieron la Red Pro Yucatán y el Congreso del Estado en 2009.

El matrimonio entre parejas del mismo sexo ya es legal en varios países de Europa (Inglaterra, Francia, España, Noruega, Suecia, Finlandia, etc.) y del Continente Americano (Canadá, Argentina, Brasil y varios estados de EE.UU.); al igual que en contadas regiones de México, como el Distrito Federal y Quintana Roo. En ninguno de estos casos se han subordinado los derechos de las minorías al capricho de la mayoría.

Por otro lado, está prohibido (con distintos grados de severidad) en varios países de África (Sudán), el Medio Oriente (Arabia Saudita, Yemen, Irán, Afganistán, etc.) y Rusia.

La sociedad yucateca, sus poderes, sus representantes ¿de qué lado quieren estar? ¿del de los países más desarrollados y prósperos en Europa y América Latina y del Norte, o del de las teocracias islámicas y regímenes autoritarios tercermundistas donde las libertades individuales se ven subordinadas a los caprichos del poder?