martes, 10 de marzo de 2015

marzo 10, 2015
MÉRIDA, Yucatán, 10 de marzo.- A tres años de su apertura, el restaurante Manjar Blanco se ha consolidado como una alternativa para aquellos que buscan degustar la auténtica comida yucateca de antaño.

Manjar Blanco también está presente en la Filey (fotos: JMRM / Manjar Blanco)

"Manjar Blanco empezó de un sueño personal. El cuarto de mis cinco hijos hombres estudió la Licenciatura en Gastronomía y decidí con él, como una aventura, abrir un restaurante. Muchos pensaban que era ilógico abrir en esos momentos, hace tres años eran momentos de crisis, un restaurante de comida yucateca", recordó Míriam Peraza Rivero.


"Decidimos romper esquemas y abrir un restaurante donde se sintieran a gusto viajeros, turistas y, sobre todo, la gente nuestra, la gente de Yucatán", expresó la propietaria del local, en entrevista realizada este martes en el stand de Manjar Blanco en la Filey.

"Así empezó la aventura en uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad como es el Barrio de Santa Ana. Un barrio lleno de historia, de leyendas incluso, de cultura. Todos tenemos un familiar, un ser querido que nació o vivió por el rumbo de Santa Ana", comentó.

"El local que tuvimos que reacomodar y reacondicionar es una casona del Siglo XIX. Mi hijo el mayor es arquitecto y nos avocamos a la tarea titánica de ir puliendo un local que estaba totalmente en desuso. Nos tardamos unos meses hasta que conseguimos el sueño, que se realizó en diciembre del 2011", agregó.

Doña Míriam comentó que quienes visiten Manjar Blanco podrán encontrar la comida yucateca. "Como dijera ayer Elenita Poniatowska, esa que nos regresa a nuestra niñez. Ese sabor de cómo comían las abuelas, cómo comían nuestras mamás".

"Ya se está olvidando, ya se está dejando de sentir el sabor auténtico de lo nuestro... mi familia materna es de Valladolid, que es como la cuna de la gastronomía en Yucatán, y tratamos de que los sabores fueran ésos, los reales, los más apegados a los recuerdos", dijo.

"La presentación es vanguardista, mi hijo estudió sobre ello. Los platos se ven bonitos, se ven atractivos y cuando lo prueba el comensal, le sabe rico", comentó.

La entrevistada describió el restaurante como un negocio familiar en el cual están involucrados sus dos hijos más chicos, quienes estudiaron gastronomía, ella como cocinera junto con ellos y una de sus nueras, quien les apoya en la cuestión administrativa.

"Es una empresa 100% familiar. La gente que nos apoya, nos ayuda ya en el restaurante, ya forma parte de nuestra familia adoptiva", expresó.

Respecto a sus planes a futuro, doña Míriam anticipó que planean ampliar sus horarios antes de que termine este año y abrir de noche, aunque descartó la posibilidad, en un futuro cercano, de nuevas sucursales.

"Queremos consolidar siquiera unos dos años más para pensar en alguna sucursal. Eso yo creo que es prematuro. Un restaurante no se hace sólido en menos de cinco años", explicó.

"El turismo mexicano busca la comida yucateca. He tenido la oportunidad de atender, sobre todo en diciembre, que es la temporada más alta de turismo nacional, es muy interesante ver que la gente llega a pasar sus vacaciones de Navidad y Año Nuevo y les es dificil encontrar restaurantes abiertos y nosotros procuramos eso, darle una atención al turismo, nos sentimos prestadores de servicios al turista. Procuramos tener abierto al público para que ellos puedan comer sus panuchitos y sus empanadas de cochinita, que ya las hemos creado y son un éxito", dijo.

La entrevistada se expresó agradecida con la vida por haberle dado oportunidad de cumplir su sueño e hizo una amable invitación al cliente y el comensal yucateco, que está considerado entre los más especiales porque sabe comer bien, los visite y recurrentemente vaya a Manjar a comer con su familia y sus visitantes.

"Eso es un honor", expresó doña Míriam.

Manjar Blanco abre sus puertas todos los días del año de 8 de la mañana a seis de la tarde en el predio No. 496 x 60 y 58 de Santa Ana, frente al mercado.

El restaurante también está presente en eventos como la Feria Internacional de la Lectura Yucatán.

"Es un honor porque viene gente de un nivel importante. Viene un turismo cultural, un turismo de libros y de cultura que también quiere probar, con su corto horario, la gastronomía yucateca", destacó. (JMRM)