domingo, 1 de marzo de 2015

marzo 01, 2015
MOSCÚ, Rusia, 1 de marzo.- El exviceprimer ministro Boris Nemtsov se suma a la lista de oscuras muertes en Rusia, que incluye a Alexánder Litvinenko, Anna Politkóvskaya, Serguéi Yushenkov y Natalia Estemírova.

Alexánder Litvinenko, ex agente del FSB (servicios secretos rusos). Andréi Lugovói, ahora diputado, y otro miembro del FSB, Dmitri Kovtún, se reunieron el 1 de noviembre de 2006 con Alexander Litvinenko en el bar del Hotel Millennium de Londres. A las pocas horas empezó a sentirse mal y falleció el día 23 del mismo mes en un hospital de la capital británica. Se sospecha que sus dos interlocutores le pusieron en la taza de té polonio-210, sustancia altamente radiactiva. En el libro «El FSB dinamita Rusia», Litvinenko destapó los sucios métodos de la inteligencia rusa y del Kremlin. 



Anna Politkóvskaya, reportera de la revista «Nóvaya Gazeta». Ffue acribillada a balazos en el ascensor de su vivienda el 7 de octubre de 2006, cuando preparaba la publicación de un informe sobre las atrocidades cometidas en Chechenia por las fuerzas de seguridad rusas contra civiles inocentes. La periodista criticaba con dureza en sus artículos los abusos cometidos contra la población por las fuerzas rusas en la conflictiva república caucásica y la política del Kremlin al respecto.


Serguéi Yushenkov, diputado de la oposición liberal rusa. Fue abatido a tiros por sicarios el 17 de abril de 2003 en su propio domicilio de Moscú. Al igual que Alexander Litvinenko, pertenecía al entorno del magnate fallecido en Londres, Borís Berezovski. Las personas próximas a Yushenkov creen que fue asesinado porque recibió pruebas de Litvinenko de la implicación del FSB en varios atentados cometidos en Rusia y atribuidos a extremistas chechenos. El diputado había criticado en numerosas ocasiones la política de Vladimir Putin en Chechenia.

Natalia Estemírova, activista de la ONG rusa «Memorial». Fue secuestrada en su casa de Grozni (Chechenia) por hombres vestidos de camuflaje el 15 de julio de 2009 y encontrada muerta a las pocas horas en una carretera de la vecina Ingushetia. Investigaba precisamente secuestros de personas que después desaparecían sin dejar rastro o cuyos cuerpos terminaban siendo encontrados tiempo después. Estemírova, que era activista de la organización rusa «Memorial» , denunció antes de su muerte que los habitantes del poblado checheno de Ajkinchú-Borzói fueron acribillados a tiros para vestir a continuación sus cadáveres como militantes islamistas y presentar la acción como un gran golpe contra el terrorismo.

Boris Beresowski, un multimillonario empresario ruso de origen judío, magnate de los medios y político durante la presidencia de Borís Yeltsin, murió ahorcado en su residencia en Ascot, cerca de Londres. Supuestamente se suicidó pero quedó en duda. 

Asimismo, la muerte del abogado Sergei Magnitsky en noviembre de 2009 mientras esperaba juicio en una cárcel rusa después de meses de torturas y malos tratos. Había cometido un error fatal: denunciar un fraude fiscal que salpicaba a altos funcionarios del gobierno ruso.. (Rafael M. Mañueco para ABC / Spiegel / United Explanations)