miércoles, 4 de marzo de 2015

marzo 04, 2015
Carlos Loret de Mola Álvarez / 4-III-15

En el expediente que armó el gobierno federal sobre Servando Gómez Martínez aparece un asombroso dato que contribuye a perfilar al mediático personaje cuyo arresto fue la noticia con la que despertamos el viernes:

La Tuta tiene 37 hijos. O por lo menos esos le ha detectado la autoridad. 37 hijos con 8 distintas parejas.

El mismo informe, que contiene detalles sobre la vida criminal y personal del líder del cártel de Los Caballeros Templarios, señala que La Tuta solía enviar 15 mil pesos mensuales a cada uno de sus hijos. Y que también se encargaba de la manutención de sus parejas y ex parejas, así como de sus hermanos. 


Con el objetivo, de acuerdo con el reporte, de que ninguno de ellos se inmiscuyera en el negocio de las drogas ni en la política.


Sin embargo, a decir de la acusación de la PGR, algunos de sus hijos sí tuvieron la inquietud de seguir los pasos de papá. Varios fueron detenidos en años recientes, siendo el último, Húber Gómez Patiño, quien fue capturado el 21 de junio de 2014 en Arteaga, Michoacán. Se divulgó que el joven, de 22 años de edad, amenazó con matar a los policías federales que realizaron el operativo para aprehenderlo.

Según establece la averiguación previa del caso, Flavio Gómez Martínez, hermano de La Tuta, era el operador financiero del cártel. Abunda que vivía en Mérida, a donde el líder templario envió también a su mamá a vivir (Yucatán es uno de los estados con menores índices delictivos del país).

Fuentes involucradas en el despliegue para detener a La Tuta me explican que Flavio enviaba a Servando dinero en efectivo para mantener su círculo de seguridad. No usaban el sistema bancario, ni siquiera empleaban el teléfono celular para evitar que sus conversaciones fueran interceptadas y con ello descifrada su ubicación.

El jefe de la corporación que arrestó a Servando Gómez Martínez, el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo Ceballos, declaró que la última vez que detectaron que el delincuente confeso estaba en la sierra michoacana fue hace ocho meses, y que desde octubre del año pasado empezaron a recibir información en el sentido de que se movía en el lugar donde no lo estaban buscando: la zona metropolitana de Morelia.

Ahora toca que explique a fondo los alcances de su influencia en la política. ¿Quiénes tiemblan?

SACIAMORBOS: Siempre que se registra un arresto de esta magnitud, entre el detenido y sus captores se da un diálogo informal pero de gran simbolismo. A los policías federales les urgía preguntarle sobre la muerte de 12 de sus compañeros en 2009. Temían que alguien dentro de la corporación los hubiera traicionado e informado al capo que lo habían logrado infiltrar. Pero La Tuta les aseguró que no, que él mismo se dio cuenta cuando un día les cayó de sorpresa en la casa donde vivían y empezaron a contradecirse unos a otros. Y que él se los entregó a su entonces jefe, Nazario El Chayo Moreno, con quien se encargó de torturarlos y asesinarlos.