domingo, 1 de marzo de 2015

marzo 01, 2015
MADRID, España, 1 de marzo.- Líderes de la fracción yihadista Harakat Sham Al-Islam (Hsai), en la que están encuadrados varios combatientes españoles y que ha jurado sumisión al Estado Islámico, han hecho un llamamiento a sus seguidores en Occidente para que se desplacen con sus familias a las zonas controladas de Siria y procreen con el objetivo de garantizar en un futuro el relevo generacional de los muyahidines. 

Un miliciano del Estado Islámico en territorio controlado. (AFP / Welayat Salahuddin)

Así se ha conocido en el curso de las laboriosas investigaciones llevadas a cabo por los Servicios de Inteligencia de diferentes países. Los agentes han constatado que una gran parte de los yihadistas de origen magrebí, entre los que se encontrarían también españoles reclutados por redes asentadas en Ceuta y Castillejos, que combaten en Siria e Irak, acabaron formando a comienzos de verano de 2013 un nuevo grupo, denominado Harakat Sham Al-Islam (Hsai). Actualmente contaría con unos 700 terroristas que combaten contra las tropas del régimen sirio. Este grupo se integró, no hace mucho, junto con otras facciones, en el Frente Ansar Eddine. Al principio de noviembre de 2014, su líder ideológico, junto a un centenar de yihadistas, se trasladaron a la ciudad de Raqqa para prestar juramento y obediencia al Estado Islámico (Daesh).


De acuerdo con los informes en poder de los Servicios de Inteligencia, en la actualidad Hsai es la organización terrorista que recibe y adiestra fundamentalmente a voluntarios combatientes magrebíes y dispone de estructuras propias  de reclutamiento y envío a zonas en conflicto desde Marruecos. Pero lo que más ha sorprendido a los investigadores es el llamamiento que este grupo yihadista ha hecho a sus seguidores para que se desplacen a Siria acompañados de sus familiares con el objetivo de llevar a cabo la «repoblación» de las zonas que consideran bajo su control.

Muerte en combate

Hay otros numerosos grupo de magrebíes y españoles que estarían integrados actualmente en el denominado Katiba Tarik Ibn Ziad, compuesto por entre 400 y 500 terroristas. Al principio formaron parte del Frente Al-Nusrah. Pero con posterioridad se integraron en el Estado Islámico. El líder de este grupo era el coordinador de la estructura hispano marroquí de envío de yihadistas a zonas en conflicto que operaba entre Ceuta y Castillejos. Este individuo falleció en combates en Siria, a mediados de 2014.

Otro informe más reciente, fechado el pasado mes de diciembre, cifra en 70 el número de combatientes españoles, o residentes en nuestro país, desplazados a zonas en conflicto. La mayoría son varones, aunque en los últimos meses se ha detectado un incremento de mujeres y también aumenta la presencia de menores procedentes de España, aproximadamente una docena. El pasado mes de agosto la Policía detenía a dos mujeres en la frontera de Melilla cuando intentaban desplazarse a Siria, una de ellas menor. Hace unas semanas desmanteló una red dedicada a reclutar muchachas con el objetivo de convertirlas en exclavas sexuales o en «guerreras yihadistas». Entre los detenidos se encontraban cuatro reclutadoras. La red ya había adiestrado a doce mujeres. 

Desde un primer momento, los yihadistas procedentes de España han sido enviados a campamentos de entrenamiento de la cordillera de Latakia, en Siria, donde reciben formación religiosa, entrenamiento militar y posteriormente participan en combates.  En este periodo de tiempo se integraban mayoritariamente en el frente Al-Nusrah, aunque poco a poco la mayoría acababan en el Daesh (Estado Islámico). Los integrantes de ambos grupos de nacionalidad española o marroquí han seguido manteniendo contactos permanentes  con individuos de ambos países para captar voluntarios, conseguir apoyo logístico e incluso planificar acciones terroristas.

Ocho operaciones

Todo ello se ha sabido, entre otros motivos, gracias a las ocho operaciones llevadas a cabo en España, con la colaboración del país Alauita, contra redes de reclutamiento. Una colaboración crucial. La nutrida presencia de marroquíes combatiendo en el conflicto sirio, cifra que puede superar los 1.500, hace que esta amenaza tenga una especial incidencia en nuestro país dada la relativa permeabilidad de la frontera hispano marroquí. También afecta la persistencia en el norte de Marruecos y en las ciudades españolas de Ceuta y Melilla de estructuras de captación de células yihadistas con destino a Siria y la presencia de una numerosa colonia de inmigrantes marroquíes en España. Además, en zonas de amplia concentración, una circunstancia que podría ser aprovechada por combatientes retornados para dificultar su detención.  (Pablo Muñoz y Javier Pagola para ABC)