martes, 31 de marzo de 2015

marzo 31, 2015
Juan Acuesta Rodríguez

Me llama mucho la atención esa campaña del INE para que la gente salga a votar. Parece un acto nervioso, un acto desesperado por parte de los funcionarios del Instituto Nacional Electoral. ¿Acaso pulsan en la incredulidad que siente la gente por los comicios que hasta incluso dicen en sus spots que al elegir a sus representantes el Pueblo tiene el derecho de indicarles, exigirles que respeten la voz de quienes los eligieron? 

El Pueblo no olvida las nuevas leyes de jubilación del ISSSTE y sus normas, que fueron aprobadas por el Congreso de la Unión muy a pesar del clamor y de las firmas recabadas a millones de empleados federales en todo el país.

El Pueblo no olvida la Reforma Energética, que también millones de mexicanos pidieron no se apruebe y, sin embargo, y fue aprobada.

El Pueblo no olvida la Reforma Educativa, que cientos de miles de maestros clamaron porque no se aprobare dicha Ley y sin embargo, y fue aprobada.

El Pueblo no olvida la Reforma Fiscal, que tanto mexicano pidió no se aprobara y, sin embargo, fue aprobada. 


Y como éstas, muchas más que esos supuestos representantes del Pueblo hacen caso omiso a las voces del Pueblo que los eligió.


Yo me pregunto, ¿son la voz del Pueblo? ¿Son el pulso del Pueblo? ¿O son los traidores del Pueblo?

Estos señores y señoras, una vez electos, lo último que hacen es pensar en su Patria, y lo primero que hacen es ponerse a las órdenes del Ejecutivo y acatar por bancada las indicaciones que les den.

Desde luego, por el Ejecutivo, cuidando sus intereses personales y de partido. Para empezar, no fueron electos por bancada; fueron electos por Distrito y por sus estados; por lo tanto, el voto debe ser individual y no por bancada.

Vivimos en un país en donde la democracia es muy costosa y no es respetada. Y digo no es respetada porque las elecciones podrán ser transparentes en las urnas, pero, la verdad, deja mucho que desear el final de todo ese proceso en los Consejos Electorales.

Pero además, una vez electos los supuestos representantes del Pueblo, no pueden ser juzgados. No pueden ser quitados del cargo, por corruptos que sean.

Pero además, con toda desfachatez, no conformes con no cumplir con su cometido, se aumentan los sueldos, se aumentan los aguinaldos de una manera que resulta ofensiva, habiendo tanta pobreza en el país.

Políticos que ofrecen hasta lo que no deben ofrecer con el solo fin de llegar a un escaño y servirse ellos y al Ejecutivo.

Politiqueros de pacotilla que una vez electos no regresan a sus distritos, pero eso sí, flamantes autos, flamantes casas, flamantes relojes, viajes aquí, viajes allá, con familiares o sin familiares, una vergüenza total que en verdad no deben ni siquiera ostentarse mexicanos.

Un buen mexicano, como la Historia lo indica, ve por el bien de sus congéneres.

Un buen mexicano lucha por el bienestar de su Patria.

Un buen mexicano no se vende por prebendas que le ofrezcan.

Si leen nuestra Historia, cuánta sangre costó forjar esta Patria.

Y si leemos la Historia Contemporánea, cuánta sangre se ha derramado por tanta corrupción, por tanta delincuencia.

Entonces, ¿a quiénes tenemos en el Congreso? Pues a los traidores de la Patria.     

Señores del INE, es clara su preocupación para estas elecciones. El panorama es difícil, pues el Pueblo está molesto. Está profundamente ofendido por tanto engaño, por tanta rata en el poder. Quizá su preocupación es porque, sí es cierto, hay mucha credencial de elector. Pero quizá ésta no sea para lo que es, sino simplemente para una identificación.

Es cuanto.