miércoles, 11 de febrero de 2015

febrero 11, 2015
GROSSETO, Italia, 11 de febrero de 2015.- Una corte italiana halló al capitán del crucero Costa Concordia culpable de homicidio sin premeditación y lo condenó el miércoles a 16 años y un mes de cárcel por el desastre que costó la vida de 32 personas en enero del 2012.

En su última presentación ante la corte, Francesco Schettino, de 54 años, había dicho horas antes que era un chivo expiatorio del desastre.

Schettino dijo que fue expuesto a una "picadora de carne" mediática que distorsionó su papel en el desastre y "puso la entera responsabilidad de este incidente sobre mí, sin ningún respeto por la verdad".

Schettino dijo que es difícil definir como "vida" lo que está pasando y se dirigió a los medios de comunicación que, según él, "han caído en la trampa -si bien no todos- y han distorsionado la realidad de los hechos". (lapresse)

El comandante Francesco Schettino, excapitán del crucero Costa Concordia que naufragó en 2012 en Italia, rompió a llorar hoy durante la última audiencia del juicio que investiga la tragedia, en la que perecieron 32 personas.

El excapitan, único imputado de este proceso, pronunció un alegato final espontáneo, en el que no pudo contener las lágrimas.

"Quiero decir, quizá no he sido comprendido, que el 13 de enero del 2012 en parte también morí yo. Desde el 16 de enero ha sido ofrecida mi cabeza con la equivocada convicción de salvar intereses económicos", afirmó visiblemente emocionado.

"He vivido en un circo mediático, es difícil definir como vida lo que yo estoy viviendo. La realidad ha sido distorsionada, alterada en sustancia y forma. Se ha ofrecido una imagen de mí al público que no es real", criticó.

Y prosiguió: "Se ha dicho que no he tenido sensibilidad por no haber pedido perdón a las víctimas, y tampoco esto corresponde a la realidad. El dolor no tiene por qué ser exhibido, no lo he hecho porque el dolor demostrado puede ser instrumentalizado".

El Costa Concordia naufragó la noche del 13 de enero de 2012 cuando el crucero, en el que viajaban 4,229 personas, encalló frente a la isla toscana del Giglio (centro de Italia)

En el suceso 32 personas perdieron la vida y 64 resultaron heridas.

Además, durante las tareas de reflote de la nave, que fue posteriormente trasladada al puerto de Génova (noroeste de Italia) para su demolición, perdió la vida un submarinista español en febrero de 2014.

El ex capitán del Costa Concordia no estuvo presente durante la lectura del veredicto. Había sido acusado de homicidio sin premeditación, causar un naufragio y abandonar la nave en uno de los desastres marítimos de más alto perfil en los últimos años.

Los investigadores criticaron severamente su manejo del desastre, acusándolo de llevar al barco de 290 metros de largo demasiado cerca de la costa cuando chocó contra unas rocas frente a la isla toscana de Giglio. El accidente provocó una caótica operación nocturna de evacuación de los más de 4 mil pasajeros y tripulación.

Schettino también fue acusado de demorar la evacuación y perder el control de la operación durante la que abandonó el barco antes de que todos los 4 mil 200 pasajeros y tripulación fueran rescatados.

Los fiscales habían pedido una sentencia de 26 años de cárcel para Schettino, quien admitió parte de la responsabilidad como capitán del barco pero rechaza culpabilidad en las muertes que ocurrieron durante la evacuación.

Schettino fue dejado solo en el banquillo para responder por el desastre, ya que los dueños del barco, Costa Cruises, una unidad de Carnival Corp, pagaron una multa de un millón de euros en un acuerdo extrajudicial y la fiscalía aceptó negociaciones con cinco oficiales del barco.

Una petición de Schettino para negociar un acuerdo por la reducción de los cargos fue rechazado.

Por momentos luchando con sus emociones, Schettino rechazó las acusaciones de la fiscalía de que no mostró un sentido de responsabilidad o compasión por las víctimas, diciendo que "el dolor no debe ser un espectáculo para demostrar algo".

Schettino fue muy criticado por abandonar el barco antes de que todos los pasajeros fuesen evacuados. Él alega que resbaló sin querer hasta un bote salvavidas y que ayudó con las tareas de rescate desde tierra.

La defensa de Schettino argumentó que el capitán evitó un desastre mayor al llevar el barco más cerca de la isla mientras se hundía. Dijeron además que la sentencia que buscaban los fiscales es incluso mayor que las pedidas para asesinos de la mafia.

Sin embargo, no se sabe cuándo irá a la cárcel; no por ahora, debido al largo proceso de apelaciones de Italia, que puede tomar años.

Una grabación de audio de un guardia costero gritándole a Schettino durante una conversación telefónica que regresara al barco fue divulgada en internet volviéndose viral y la frase "¡Vuelva a bordo, carajo!" ("¡Vada a bordo, cazzo!") llegó a imprimirse hasta en camisetas y almohadas. (EFE / El Financiero)