jueves, 19 de febrero de 2015

febrero 19, 2015
Carlos Loret de Mola Álvarez / 19-II-15

La investigación de la explosión en el hospital de Cuajimalpa puso en el banquillo a Gas Express Nieto, poderosa empresa queretana. Los peritajes señalan que la pipa recibió un mantenimiento deficiente y fue manipulada para cobrar más de lo que suministraba.

El flamazo quema también en el mundo de la política.

Según me revelan fuentes muy bien informadas, esta gasera ha tenido dos aliados clave en las comisiones de Energía tanto del Senado como de la Cámara de Diputados. Se trata de dos queretanos que presuntamente cabildean a favor de los intereses del consorcio, marcadamente durante la negociación de la reforma energética. 


De acuerdo con fuentes bien informadas, ambos viajan frecuentemente entre el Distrito Federal y Querétaro usando las aeronaves —helicóptero y avión— de Gas Express Nieto, amén de que han recibido vehículos de la concesionaria Autos SS, que es de la misma familia de la gasera.


Se trata del senador Francisco Pancho Domínguez, del PAN, y el diputado Ricardo Astudillo, del PVEM.

Domínguez tiene prácticamente en la bolsa la candidatura de su partido al gobierno de Querétaro. Domínguez no ha cuestionado a Gas Express Nieto ni siquiera cuando una de sus pipas explotó en 2014 en su propia entidad natal, dejando tres personas muertas.

Según testigos de primera fila, Pancho Domínguez y los dueños de Gas Express Nieto se reunieron con altos funcionarios de la Secretaría de Energía para cabildear a favor de la creación del Fideicomiso de Gas LP. Para sus opositores era una figura poco transparente. Más de uno sospechó que sería una caja chica para el financiamiento de la ya avizorada campaña de Domínguez en Querétaro.

Consultado para esta columna, el senador aceptó que conoce a Sergio Nieto del Río, dueño de la empresa, desde hace más de treinta años, y admitió que usa sus aeronaves, pero “no tengo ningún conflicto de interés”. Destaca que “la reforma energética no afectó el rubro de distribución privada de gas” y que “he participado como uno de los mayores impulsores y promotores de la Ley de Transparencia”.

El otro personaje es Ricardo Astudillo, diputado del Partido Verde Ecologista de México y compadre del dueño de la gasera.

Su partido le quitó la posibilidad de ser candidato a diputado local cuando se exhibió en fotos de redes sociales su amistad con Germán Goyeneche, quien fue detenido junto con Héctor Beltrán Leyva El H, acusado de ser su operador financiero. Entrevistado por un servidor, declaró que conoce a Goyeneche desde hace años, pero que no es parte de su círculo de amigos ni de su equipo de trabajo y jamás cooperó con dinero para sus aventuras políticas. Astudillo es secretario de la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados.

La gasera queretana acaba de perder la distribución en los hospitales del Distrito Federal, pero su presencia, poder y alianzas van mucho más allá.

Cuando la explosión de una de sus pipas causó la muerte de tres personas en Querétaro, en julio de 2014, no se oyeron críticas de sus amigos. Ni con las 688 fugas que tuvo en el último año.