lunes, 12 de enero de 2015

enero 12, 2015
PARÍS, Francia, 12 de enero.- Un policía abatido luego de la matanza en la sede de la revista Charlie Hebdo , el gerente de una imprenta que protegió a su empleado de los jihadistas, un musulmán que escondió a judíos en el supermercado kosher donde tuvo lugar una toma de rehenes. Son los nuevos héroes de Francia, que surgieron en una de las semanas más violentas de la historia de París.

"Caer por la República"

Ahmed Merabet, el policía que fue rematado en la calle.

La serie de atentados comenzó el miércoles último, cuando Said y Cherif Kouachi, vestidos de negro, encapuchados y armados con fusiles de asalto automáticos, abrieron fuego en la sede del diario satírico Charlie Hebdo de París, en plena conferencia de redacción, al grito de "Allahu Akbar" (Alá es el más grande, en árabe).


Entre los primeros policías que acudieron al lugar, Ahmed Merabet, musulmán de 40 años, fue herido y luego fríamente ejecutado a quemarropa en una avenida cercana, en una cruenta imagen que fue registrada por una cámara y dio la vuelta al mundo.

Su hermano Malek Merabet sigue escuchando la voz de Ahmed, herido en el suelo, implorando por su vida a los jihadistas, según muestra el video. "Lo oigo todo el tiempo", dice.

Según su familia, oriunda de Argelia, Ahmed Merabet era muy trabajador y aspiraba a progresar en la escala social.

Tras un empleo en un Mac Donald's, en la SNCF (red ferroviaria estatal) y en el aeropuerto Charles De Gaulle, había ingresado tardíamente a la policía, antes de "caer por la República", según las palabras del presidente de la Asamblea Nacional, Claude Bartolone.

Para rendirle homenaje, internautas y manifestantes lanzaron el slogan "Yo soy Ahmed", una forma de recordar que varias de las víctimas de los ataques eran oriundas del Magreb.

El héroe de la imprenta y su diálogo con los terroristas

Michel Catalano les ofreció un café a los terroristas.

El viernes último, a las 9.30, Cherif y Said Kouachi, los dos hombres más buscados de Francia, irrumpieron en la imprenta de Dammartin-en-Goële, a unos 40 kilómetros al noreste de París.

En el primer piso, el gerente de la pequeña empresa, Michel Catalano, de 47 años, los vio llegar. "No sabía que eran ellos, pero vi la kalashnikov y un lanzacohetes", explicó, emocionado y con el recuerdo vivo.

Inmediatamente, Michel salió a buscar al diseñador gráfico de la empresa, Lilian Lepére, de 26 años, "para decirle que se esconda". El joven recibió el mensaje e inmediatamente se refugió bajo la pileta del comedor.

"Estaban subiendo por la escalera cuando fui a encararlos. Intenté hablar con ellos para ganar tiempo, para que Lilian tuviera tiempo de esconderse", relató Michel, que busca sus palabras con dificultades.

"Llegué incluso a proponerles un café. Vi que uno de ellos estaba herido en el cuello y le propuse asistirlo", comentó. Según él, una sola cosa pasaba por su mente: "Pensaba en Lilian, en que no lograran encontrarlo".

Los hermanos Kouachi, que no buscaban tomar rehenes, terminaron por dejar salir a Michel Catalano. Lilian Lepére, por su parte, nunca fue descubierto por los jihadistas. Es más, a través de SMS, transmitió informaciones cruciales a las fuerzas de élite de la gendarmería, que mataron a los jihadistas en el asalto, hacia las 17.

"Yo no soy un héroe", asegura Michel Catalano, que dice estar ahora "acosado por la prensa" y cuyo acto de valentía fue saludado unánimemente en Francia. Pero no fue un caso único en los tres días de atentados que dejaron a Francia en estado de conmoción.

El empleado musulmán que escondió a los clientes judíos

Lassana Bathily logró escapar del supermercado kosher.

Casi al mismo tiempo, en el supermercado kosher de París, un empleado de origen malí y musulmán practicante, Lassana Bathily, ayudó el viernes a los clientes aterrados a esconderse en la cámara frigorífica.

Poco antes de las 13, Amedy Coulibaly, un ex delincuente convertido en la cárcel al islamismo radical y que actuó en coordinación con los hermanos Kouachi, irrumpió y abrió fuego con una kalashnikov contra empleados y clientes.

Un grupo de personas, incluyendo un pequeño, se precipitó por la escalera situada al fondo de la tienda para refugiarse en la cámara frigorífica.

Lassana Bathily, de 24 años, les abrió la puerta, según su propio testimonio en entrevistas con varios canales de televisión.

"Escuché los disparos. Luego vi a mi colega y clientes bajando por las escaleras y les dije: «¡Vengan por aquí!» ¡Y los hice entrar a la cámara!", contó Lassana.

Bathily tomó la precaución de apagar el sistema de refrigeración y luego les propuso huir por el montacargas, pero nadie se animó a tomar ese riesgo. Entonces se escapó solo, mientras que sus compañeros terminaron siendo descubiertos. Cuatro de ellos finalmente murieron.

Él, afuera, siguió colaborando para salvar a los clientes y compañeros. "Les hice todos los planos" del local a la policía, para ayudarlos a preparar el asalto, precisó.

"Somos hermanos. No es una cuestión de judíos, cristianos o musulmanes. Estamos todos en el mismo barco, nos tenemos que ayudar para salir de esta crisis", explicó el joven.

El presidente francés, François Hollande , lo llamó hoy para felicitarlo. (AFP / La Nación)