martes, 13 de enero de 2015

enero 13, 2015
JERUSALÉN, Israel, 13 de enero.- Miles de israelíes y miembros del gobierno acompañaron el martes en Jerusalén a las familias de las cuatro víctimas judías de un atentado terrorista contra un supermercado de productos judíos de París, en una emotiva marcha fúnebre que reflejó los profundos lazos de Israel con los judíos europeos y el temor por su seguridad.

La ceremonia, transmitida en vivo por todos los canales de televisión israelíes, se convirtió en una expresión nacional de duelo y solidaridad.

Los familiares de las víctimas hicieron breves intervenciones y encendieron antorchas en memoria de sus seres queridos, antes de bajar de un escenario adornado con una enorme bandera israelí y abrazar al presidente del país, el primer ministro y a su esposa. Para finalizar la ceremonia, se cantó el himno nacional.

Voluntarios de los servicios de emergencia israelíes portan el cuerpo de Yoav Hattab, durante el funeral de las cuatro víctimas mortales del atentado al supermercado judío de París el pasado viernes, en el cementerio de Givat Shaul de Jerusalén, Israel, hoy, 13 de enero de 2015.

Yohan Cohen, Yoav Hattab, François-Michel Saada y Phillipe Braham murieron el viernes durante una tensa toma de rehenes en la tienda en la zona este de París. Sus cuerpos llegaron a Israel el martes por la mañana a bordo de un avión.


"Yoav, Yohan, Phillipe, François-Michel... no es así como queríamos recibirlos en Israel", dijo con la voz quebrada el presidente, Reuven Rivlin. "Os queríamos vivos, queríamos vida para vosotros. En momentos como este estoy ante vosotros, con el corazón roto, temblando y con dolor, y conmigo está y llora una nación entera".

Los cuatro estaban entre las 17 personas que fallecieron la semana pasada en una oleada de ataques terroristas perpetrados por insurgentes que reclamaron pertenecer a los grupos extremistas al-Qaeda y Estado Islámico.

Numerosas personas asisten al funeral de las cuatro víctimas mortales del atentado al supermercado judío de París.

Las muertes conmocionaron al medio millón de personas de la comunidad judía en Francia —la más grande de Europa— y llevaron al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu a llamar a los judíos de todo el continente a emigrar a Israel, algo que reiteró Rivlin.

"Sin embargo, el regreso a vuestro hogar ancestral no tiene por qué ser por angustia, por desesperación, entre la destrucción, o siguiendo al terror y el miedo", dijo. "El terror nunca nos ha doblegado, y no queremos que el terror los doblegue. La tierra de Israel es la tierra de la oportunidad. Queremos que elijan Israel, por amor a Israel".

Sin embargo, las llamadas de líderes como Netanyahu a la inmigración de los judíos franceses parecieron despertar tensiones entre los líderes políticos galos, incluyendo el presidente, François Hollande, que asistió a un servicio funerario por las cuatro víctimas en una sinagoga de París el domingo por la noche pero dejó el acto antes de que Netanyahu dijera unas palabras.

Además, muchos franceses judíos, incluyendo al principal rabino del país, se han mostrado poco entusiasmados ante los intentos de Israel de sugerir que su hogar natural no es Francia, sino Israel.

Hollande y otros líderes franceses se enorgullecen del carácter integrador de la república francesa y consideran que su capacidad por acoger a su población judía es una prueba de la legitimidad de la república.

Francia fue el primer país europeo que concedió plenos derechos civiles a los judíos, inmediatamente después de la revolución de 1789. Dos judíos franceses —Leon Blum y Pierre Mendes-France— fueron primeros ministros del país.
En una entrevista publicada la semana pasada en el Atlantic, el primer ministro actual, Manuel Valls, dijo que si 100,000 judíos franceses dejaran el país, "Francia ya no será Francia. La República de Francia se considerará un fracaso".

Pero estas declaraciones tendrán poco eco en Israel, donde se ha construido una identidad nacional en torno a la noción de que el país es el único lugar del mundo donde los judíos pueden sentirse a salvo. Líderes de todo el espectro político han fomentado en el pasado la inmigración judía desde todo el mundo.

Francia lideró el año pasado la lista de origen de inmigración a Israel, según la Agencia Judía, un grupo sin ánimo de lucro que trabaja estrechamente con el gobierno y actúa como enlace para los judíos de todo el mundo. En 2014 llegaron 7,000 nuevos inmigrantes, casi el doble que el año anterior.

Los líderes de la comunidad judía en Francia han dicho que todas las víctimas del ataque del viernes tenían estrechos lazos con Israel.

Cohen, de 22 años, trabajaba en la tienda de alimentación atacada por Amedy Coulibaly. Era amigo de Facebook con su colega Lassana Bathily, un musulmán que salvó las vidas de varios clientes al desconectar la cámara frigorífica y esconderles dentro antes de escapar por una salida de incendios para informar a la policía sobre la presencia del agresor.

Hattab terminó el instituto en Túnez antes de mudarse a París para asistir a un curso de negocios sobre marketing. Murió cuando intentaba arrebatar una de las armas de Coulibaly, según testigos citados por medios franceses. El joven, de 21 años, era el hijo del principal rabino de Túnez.

Saada, un pensionista de 60 años, murió cuando compraba comida para el Sabbath. Nacido en Túnez, dejó una esposa y dos hijos, ambos residentes en Israel.

Philippe Braham, director de ventas en la cuarentena, era hermano del rabino de una sinagoga en un suburbio de París, según el diario francés Le Parisien.

Los cuerpos de las cuatro víctimas llegaron el martes al aeropuerto israelí de Ben Gurion, a las afueras de Tel Aviv. Desde allí se transportarían a Jerusalén para el sepelio. (AP)