miércoles, 14 de enero de 2015

enero 14, 2015
COLOMBO, 14 de enero.- La Iglesia en Sri Lanka «sirve con agrado y generosidad a todos los miembros de la sociedad», sin hacer diferencias en cuanto a «raza, credo, tribu, condición social o religión, en el servicio que ofrece a través de sus escuelas, hospitales, clínicas, y muchas otras obras de caridad». No pretende nada más que «libertad para llevar a cabo su misión», para contribuir «cada vez más a la paz, la justicia y la reconciliación en la sociedad de Sri Lanka».

Durante el segundo día de su viaje a Sri Lanka, Papa Francisco subrayó que el aporte para la reconciliación y la cura de las heridas de la sociedad representan para los católicos cingaleses «lo que el Señor quiere de ustedes» en el presente. Lo dio celebrando la liturgia de la canonización de San José Vaz, el sacerdote del Oratorio conocido como el «Apóstol de Sri Lanka», frente a una multitud de fieles (medio millón de personas, según la policía local) reunida en el enorme espacio al aire libre del Galle Face Green, en parque urbano de la ciudad de Colombo que se encuentra al lado del Océano Índico.

Maithripala Sirisena, presidente de Sri Lanka, recibió al Papa Francisco. (Reuters)

Sri Lanka (antigua Ceilán) es tierra donde abundan los elefantes. (ansa)

Bailarines tradicionales recibieron a Francisco. (AP)

En la homilía, el obispo de Roma recordó la figura del nuevo santo y la exaltó como modelo de una misionariedad no agresiva, capaz de custodiar y de hacer florecer incluso en circunstancias hostiles la fe. En la segunda mitad del siglo XVII, el sacerdote oriundo de Goa, entró vestido de siervo a Ceilán para llevar consuelo a la comunidad católica que se había desperdigado tras la persecución de los calvinistas holandeses. Aquel apóstol discreto, paciente en el sufrimiento y apoyado únicamente en la fuerza del Evangelio (que tradujo tanto al tamil como al cingalés), favoreció el florecimiento de la Iglesis y se ganó la simpatía del rey budista de Kandy por su servicio a los enfermos durante una epidemia de viruela. San José Vaz, dijo el Papa, fue «un sacerdote ejemplar, un ejemplo de sufrimiento paciente a causa del Evangelio, de obediencia a los superiores, de solicitud amorosa para la Iglesia de Dios (cf. Hch 20,28). Como nosotros, vivió en un período de transformación rápida y profunda; los católicos eran una minoría, y a menudo divididos entre sí; externamente sufrían hostilidad ocasional, incluso persecución».


La extraordinaria profecía de Isaías: «Los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios» (Is 52,10), tiene un significado especial al celebrar la canonización de un gran misionero del Evangelio, san José Vaz, dijo Francisco en el parque Galle Face Green, hablando del sacerdote del Oratorio de San Felipe Neri, nacido en la zona de Goa, India, de padres portugueses. (ansa)

Su historia, añadió el Sucesor de Pedro con claras alusiones al presente, «nos muestra la importancia de ir más allá de las divisiones religiosas en el servicio de la paz. Su amor indiviso a Dios lo abrió al amor del prójimo; sirvió a los necesitados, quienquiera que fueran y dondequiera que estuvieran. Su ejemplo sigue siendo hoy una fuente de inspiración para la Iglesia en Sri Lanka, que sirve con agrado y generosidad a todos los miembros de la sociedad». En el contexto multireligioso que caracteriza a la sociedad de Sri Lanka, el Papa repitió que «La libertad religiosa es un derecho humano fundamental» y que «toda persona debe ser libre, individualmente o en unión con otros, para buscar la verdad, y para expresar abiertamente sus convicciones religiosas, libre de intimidaciones y coacciones externas. Como la vida de san José Vaz nos enseña -insistió Francisco-, el verdadero culto a Dios no lleva a la discriminación, al odio y la violencia, sino al respeto de la sacralidad de la vida, al respeto de la dignidad y la libertad de los demás, y al compromiso amoroso por todos».

Al final de la misa, el cardenal Malcom Ranijth donó al Papa (para su caridad) 70 mil dólares reunidos por los fieles. (Gianni Valente / Vatican Insider / Repubblica)