viernes, 2 de enero de 2015

enero 02, 2015
CHIHUAHUA, 2 de enero.- Al finalizar el 2014, las hermanas Ofelia y Francisca Valles Campos “conocieron” la luz del sol, luego de pasar 30 años encerradas en una habitación por su propia familia.

Por ignorancia, aparentemente, las tuvieron cautivas en una reducida habitación, sin cuidados, por padecer trastornos mentales desde su niñez.

La Comisión Estatal de los Derechos Humanos informó que personal de la dependencia se trasladó hasta el poblado de Búfalo, en el municipio de Valle de Allende, para atender una denuncia interpuesta por el DIF municipal.

El cuarto olía mal "porque no se habían bañado en años” y las dos mujeres estaban cubiertas “solamente con una cobija”, relató la fuente. (Fotos EFE)

El DIF estatal definirá la condición jurídica de las afectadas y, en breve, les dará la atención psicológica y psiquiátrica que necesitan.

Las féminas sufrían diversas infecciones y una de ellas tuvo que ser trasladada a una clínica de Allende para ser atendida de llagas en varias partes del cuerpo.

Al salir de la casa, a las mujeres les cubrieron la cabeza con mantas porque sus ojos no soportaron el brillo del sol; y fueron trasladadas a esta capital, donde las sometieron a exámenes médicos.

El visitador Amín Corral constató que las mujeres permanecieron encerradas, bajo el argumento de que padecen esquizofrenia y su familia consideró que no debían salir.


El DIF informó que en la familia son siete integrantes y aparentemente todos presentan trastornos mentales; sin embargo, sólo Ofelia y Francisca, de 35 y 38 años, fueron confinadas.

Su historia era conocida en la región, incluso el edil Gilberto García dijo que administraciones anteriores intentaron conseguir ayuda para la familia, pero no lo lograron, y fue hasta ahora que el DIF local acudió a la CEDH como se pudo “rescatar” a las hermanas.

Derechos Humanos detalló que la familia accedió a que fueran retiradas del lugar, incluso su padre, Juan Valles, se mostró agradecido con las autoridades.

Francisca y Luz Ofelia fueron encontradas con graves problemas físicos en una habitación de la casa familiar en la comunidad después de que el alcalde de Allende, Gilberto García Mendoza, denunciara la situación.

En el domicilio, Corral se encontró con un sorprendente panorama: en la casa vivían el padre de las dos mujeres, de “edad avanzada y que no trabaja”, la madre y tres hijos varones, además de las dos hijas.

"Al parecer, toda la familia padece de discapacidad mental” y colaboraba con el encierro, y el único que trabaja es el hermano mayor, que tiene “un criadero de puercos y les provee el alimento”, relató Corral.

Las autoridades tuvieron que forzar la puerta del cuarto en el que estaban las mujeres, presuntamente “por voluntad propia”, según la CEDH.

"Es el caso más raro con el que nos hemos encontrado en mucho tiempo, nunca había visto algo así”, agregó Corral.

Explicó que, además de él, intervino en el rescate la policía local, en presencia de parientes y vecinos que se negaron a hablar del caso.

En el remoto lugar en el que se encuentra la casa “prevalece la ignorancia” y hace tres décadas se extendió “un rumor” de que los narcotraficantes locales iban a robar a “los niños y las niñas”. (Luis Fierro, corresponsal de El Universal / Excélsior)