viernes, 9 de enero de 2015

enero 09, 2015
PARÍS, 9 de enero.- Dos individuos armados que pudieran ser los hermanos Said (34 años) y Chérif Kouachi (32 años), autores de la matanza de «Charlie Hebdo», han secuestrado a uno o varios empleados en una empresa de Dammartin-en-Goële (Seine-et-Marne), al norte de París, comenzando un inquietante tiroteo.

A las nueve de la mañana, François Hollande ha comenzado una reunión de trabajo en la que participaban los ministros de interior (Bernard Cazeneuve), defensa (Jean-Yves Le Drian), justicia (Christiane Taubira), asuntos exteriores (Laurent Fabius) y cultura (Fleur Fellerin), acompañados de Manuel Valls (primer ministro) y los principales responsables de los servicios de seguridad del Estado.
Los yihadistas, atrincherados en una imprenta con rehenes al norte de París. (Foto Repubblica)

Esa reunión excepcional ha sido suspendida poco antes de las 9.30, tras conocerse la noticia de un secuestro terrorista, el peor de los escenarios que podía temer el gobierno francés.


Tras una larga noche de búsqueda sin resultados, en la región de Picardía, al norte de Francia, la crisis ha estallado en una zona más próxima a París. Según la emisora RTL, hacia las 9.10 de la mañana ha estallado un violento tiroteo en las afueras de Dammartin-en-Goëlle, pequeña localidad próxima a la carretera / autopista nacional número 2.

Dos criminales, que corresponden a los retratos conocidos de los hermanos Said y Chérif Kouachi, habían secuestrado a dos empleados de una pequeña empresa.

Los 80,000 o 90,000 policías y especialistas que se encontraban en Picardía, la noche pasada, se trasladaron con urgencia hacia Dammartin-en-Goëlle, tomando la zona militarmente de manera muy espectacular.

Varios helicópteros vigilaban las inmediaciones. Las unidades anti terroristas, especializadas en secuestros y operaciones de combate, tomaron posiciones.

Bernard Cazeneuve, ministro del interior, ha hecho una breve declaración, y ha pedido «calma» y «prudencia». Comenzaba un largo, imprevisible y trágico secuestro. (Juan Pedro Quiñonero, corresponsal de ABC)