martes, 27 de enero de 2015

enero 27, 2015
José Eduardo Carrillo Lara

Circula en los medios una campaña denominada “VOTA POR TI” impulsada por personajes que se hacen llamar activistas pero que, en realidad, están haciendo apología de la conservación del estado de corrupción, inequidad y autoritarismo prevaleciente en nuestro sistema político, llamando a los ciudadanos esencialmente a desperdiciar el elemento más valioso de la democracia, que es el voto, mediante una serie de planteamientos cuya falsedad puede evidenciarse una a una. A continuación se transcriben los OBJETIVOS que plantea públicamente dicha campaña, los cuales pueden ser verificados en la página oficial del movimiento, y se explica enseguida, a la luz del razonamiento crítico, en qué forma resulta cada uno enteramente falso.



“VOTAR POR TI…”

1. “DISMINUYE LOS SENADORES PLURINOMINALES”. Esta afirmación resulta una mentira flagrante, pues el número de senadores plurinominales que integra la Cámara Alta es un número fijo de 32, según se establece en el artículo 56 de la Constitución, y dicho número no varía en modo alguno atendiendo al porcentaje de votos nulos emitidos en una elección. Los votos válidos, independientemente del número de ellos, serán los que determinen la distribución de los 32 senadores plurinominales entre las listas de cada partido político.

2. “REDISTRIBUYE EL DINERO A PARTIDOS”. Otra mentira, pues el monto total del dinero público destinado al financiamiento de los partidos, de acuerdo al artículo 41 de la Constitución, se calcula, no conforme a la participación en la votación, sino según el número de ciudadanos inscritos en el padrón electoral multiplicado por el 65% del salario mínimo vigente en la zona económica correspondiente a la capital; y la proporción en la que dicho dinero es repartido, tanto para gastos ordinarios como para los de campaña, atiende al porcentaje de votación efectivamente recibido por cada Partido, dejando de lado, sin valor alguno en la fórmula, el porcentaje de votos nulos que se hubieren emitido en la elección.

3. “VOZ Y VOTO A QUIEN YA NO CREE EN PARTIDOS”. Quizá la anulación confiera una especie de “voz” a un sector ciudadano (una voz que no dice mucho), pero definitivamente, contrario a lo que se afirma, a dicho sector lo priva del voto, pues precisamente su participación carecerá de valor alguno en el resultado de la elección, que de cualquier manera arrojará un ganador que ejercerá un cargo público por un período determinado de tiempo y cuyas decisiones afectarán a todos.

4. “ES EMPODERAMIENTO CIUDADANO”. El voto nulo es precisamente todo lo contrario al empoderamiento ciudadano, ya que la anulación implica renunciar al derecho político más valioso del individuo, que es el ejercicio del sufragio, y que hoy día, luego de siglos de lucha social y aún a pesar de las deficiencias que se quieran señalar, tiene el carácter de universal.

5. “CONTRIBUYE A DISMINUIR EL ABSTENCIONISMO/INDIFERENCIA”. El voto nulo promueve otra forma de abstencionismo o de indiferencia, pues los alcances de no votar y de ejercer un voto inválido son prácticamente los mismos. El voto nulo no produce ningún efecto real en la votación, pues los resultados se determinan exclusivamente conforme a los votos válidos. Un voto nulo es un voto indiferente.

6. “IDENTIFICA Y FORTALECE EL APARTIDISMO”. El sistema de partidos es el utilizado en todo el mundo para proveer al electorado de una oferta ideológica plural e incluyente, aunque es cierto que nuestros partidos políticos y en general nuestras instituciones públicas padecen múltiples deficiencias, las cuales deben mejorarse mediante la exigencia continua de la ciudadanía. De cualquier modo, resulta falaz la afirmación implícita en la frase transcrita, dando a entender que votar por cualquier candidato es votar en forma partidista. Precisamente lo que se requiere es el ejercicio del voto crítico y diferenciado del ciudadano, no a favor en contra de un partido, sino por quien represente en su persona una mejor opción de plataforma política para su cargo.

7. “MOTIVA AL CIUDADANO A ELEGIR INFORMADA, RAZONADA Y LIBREMENTE”. Claramente, la campaña de anulación hace todo lo contrario a lo que se afirma en esta frase, pues inhibe la participación ciudadana y desmotiva la actitud del electorado hacia el ejercicio del voto crítico, inteligente y razonado, abandonando el sano escrutinio hacia la oferta política para cambiarla por una visión maniquea y absolutista de la realidad.

8. “ES UNA EXPRESIÓN DE HARTAZGO”. Las estadísticas reflejan claramente que existe en la ciudadanía un hartazgo hacia el sistema político, no solo ahora, sino desde hace varios años. Algunos políticos corruptos saben esto también, lo han sabido siempre y se han valido de esa apatía política para edificar un sistema cerrado y ajeno a los ciudadanos. Luego entonces, la estrategia a seguir por la ciudadanía debe ser la de una participación firme, propositiva y comprometida.

9. “PREVIENE LA CORRUPCIÓN Y EL NEPOTISMO”. Como se expresa antes, el voto nulo no tiene efecto real en el resultado de las elecciones, de modo que, lejos de prevenir la corrupción y el nepotismo, implica el renunciar a la posibilidad de votar en contra de aquellos partidos y candidatos que representen tales vicios, haciéndonos a un lado de un proceso de decisión que de cualquier manera tendrá que darse para elegir a los funcionarios de elección popular.

10. “CREA CIUDADANÍA DEMANDANTE, INFORMADA Y VIGILANTE”. Es verdad que la ciudadanía debe ser demandante, informada y vigilante, pero todo ello no deriva en modo alguno del voto nulo y no es requisito para ello el desperdiciar nuestro ejercicio soberano del sufragio. Debemos votar y, luego de ello, seguir muy de cerca el trabajo de nuestros representantes.

Expuesto lo anterior, tengamos cuidado con estas campañas que, lejos de apoyar el proceso de democratización de nuestro país, lo interrumpen y lo destruyen. Pensemos y seamos conscientes de a quién realmente benefician estas campañas y no les sigamos el juego. Ejercitemos nuestros derechos políticos y hagamos valer nuestro voto. Razonemos, analicemos escrupulosamente las propuestas y acudamos a la fiesta democrática, pero sobretodo, no nos conformemos con que nuestra participación se limite votar, sino sigamos de cerca a nuestros representantes y ejerzamos presión sobre ellos para que la toma de decisiones sea siempre en beneficio de la colectividad.