miércoles, 14 de enero de 2015

enero 14, 2015
Carlos Loret de Mola Álvarez / 14-I-15

Desde que hacía campaña electoral en 2012, el PRD y su candidato presidencial, López Obrador, fueron advertidos de que su aspirante a la alcaldía de Iguala, José Luis Abarca, tenía vínculos con el crimen organizado. La autoridad federal lo tenía también bajo seguimiento. Dos años más tarde, Ayotzinapa.

Ahora que ha arrancado la carrera electoral nacional, existen sospechas sobre varios protagonistas de distintos partidos. Hoy en esta columna, el primer caso. 


Mauricio Fernández Garza, empresario y político panista que ha ocupado dos veces la alcaldía del municipio más rico del país —San Pedro Garza García, Nuevo León— busca ser candidato del PAN para una tercera gestión. Sobre él existe desde 2009 una investigación de la PGR, que está reviviendo, por supuestos nexos con el Cártel de los Beltrán Leyva.


La averiguación, a la que he tenido acceso, expresa que el narcotraficante Alberto Mendoza Contreras El Chico Malo dijo a la PGR que contactó con Fernández Garza en noviembre de 2009 y acordó con él ser informante de su gobierno a cambio de 300 mil pesos mensuales para él y otras dos personas, una de ellas Luis Cortés, a quien acordaron nombrar subsecretario de Seguridad Pública municipal.

En reacción a esta columna, Fernández Garza no negó el contacto con El Chico Malo y agregó que Cortés fue el responsable de inteligencia y pagos a informantes, que reportaba al secretario de Seguridad, general retirado Gonzalo Adalid, pero dado que ya falleció “lo que se le haya pagado o no al señor Mendoza es información que yo no poseo”.

Existe una declaración del testigo protegido Ruperto. Afirma que el cártel de los Beltrán cobró 5 millones de dólares por dar seguridad al municipio de San Pedro durante el gobierno de Fernández Garza, con quien dijo haberse reunido dos veces. El panista contestó que eso es totalmente falso.

Otra declaración ministerial es la de Sergio Villarreal Barragán El Grande. Señala que Mendoza le comentó a Arturo Beltrán que el alcalde estaba “a la orden”. Luego, dice que Beltrán ordenó matar a El Negro Saldaña, y fue él quien le avisó a Fernández Garza de su muerte. En su segunda toma de posesión, el panista sorprendió al anunciar esa ejecución… tres horas antes de que las autoridades hallaran el cadáver.

Otro narcotraficante, Edgar Valdez Villarreal La Barbie, declaró que Mendoza obtuvo permiso de Arturo Beltrán para trabajar con Fernández en un llamado “Grupo Rudo” y afirmó que el alcalde pidió apoyo a ese cártel para mantener fuera del municipio a Los Zetas y “quitar” al Negro Saldaña.

Al respecto, Fernández Garza dijo que Saldaña “fue encontrado con un letrero que decía que lo habían ejecutado por ‘secuestrador’ por lo que el motivo de su muerte está por demás claro… Yo en mi vida hablé con ningún Beltrán Leyva, ni jamás he tenido ningún tipo de contacto con ningún capo”. Y comentó que el Grupo Rudo fue un concepto de “poca tolerancia” hacia el crimen que dio “magníficos resultados”.

SACIAMORBOS. Mañana, un caso del PRI.

carlosloret@yahoo.com.mx