jueves, 15 de enero de 2015

enero 15, 2015
Carlos Loret de Mola Álvarez / 15-I-15

Se llama Alejandro Moreno Cárdenas. Tiene 39 años. Quiere ser gobernador de Campeche y tiene la postulación del PRI en la bolsa porque va arriba en las encuestas.

Sin embargo, dentro de su partido y el gobierno federal no despierta todas las confianzas: en los debates sobre si asignarle la candidatura, algunos alertan de las denuncias en su contra y otros advierten el peligro de que si el PRI no lo postula, otro partido lo haga y les arrebate el estado.

Con su caso en esta columna se continúa el serial sobre algunos de los polémicos protagonistas de la contienda electoral que está por iniciarse. 


Le dicen Alito. Se encumbró el sexenio pasado gracias a su cercanía con el entonces secretario de Gobernación, el panista Juan Camilo Mouriño (qepd), y su familia. Los Mouriño tienen negocios y vínculos con Campeche. A pesar de ser priísta, Alito les fascinó por haberse construido con su propio esfuerzo y por tener un carácter muy divertido.


Cuando murió Juan Camilo muchos pensaron que también quedaba sepultada la carrera del joven senador Moreno Cárdenas. Pero no. Lo había colocado en un sitio privilegiado: cerca, cerquita de Oceanografía, la multimillonaria empresa energética favorita del gobierno federal anterior.

En la elección de 2012, empresarios campechanos denunciaron que “pasó la charola” entre varios de ellos y recolectó 200 millones de pesos para su campaña a diputado federal. Les ofrecía a cambio contratos con Pemex, que gestionaría primero a través de Mario Ávila Lizárraga, y al caer en desgracia éste, a través de su propio hermano que —les juraba— ocuparía el mismo puesto, cosa que nunca sucedió.

Según las fuentes del más alto nivel, ya en la administración Peña Nieto, cuando reventó el escándalo financiero del fraude de Oceanografía, Moreno Cárdenas aprovechó sus contactos para personalmente cabildear a favor de Mario Ávila, ex subdirector en Pemex, perseguido por fraude.

Los mismos informantes muy bien colocados en el gobierno federal revelan que luego hizo lo mismo para Amado Yáñez, el dueño de la empresa. Que incluso usaba el avión de Yáñez para volar de México a Miami a verlo y discutir su estrategia política, jurídica y mediática: consiguió citas con al menos cuatro de los más poderosos cercanos al presidente Enrique Peña Nieto para negociar el caso del empresario.

Los hombres de negocios en Campeche hoy sospechan cosas mucho peores de Moreno Cárdenas, Ávila Lizárraga está libre, Yáñez vive en el Reclusorio Sur del Distrito Federal y Alito tiene medio pie en la gubernatura de Campeche.

Para la elaboración de esta columna fue contactada la oficina de Moreno Cárdenas, en busca de su versión sobre las diversas acusaciones en su contra. Desde el pasado 9 de enero le fueron enviadas preguntas concretas sobre lo aquí relatado. No dio respuesta.

SACIAMORBOS. Con base en lo que hasta ahora ha investigado su oficina especial, la CNDH no ha encontrado nada mayormente diferente a lo expuesto por la PGR como sus conclusiones del caso Ayotzinapa. Pero el expediente está abierto y la investigación en curso.

carlosloret@yahoo.com.mx