martes, 9 de diciembre de 2014

diciembre 09, 2014
Un alumno de FQ (supuestamente el mismo autor o autora del escrito citado en en título)

No, no vengo a causar polémica de nuevo, y como muchos sabrán tampoco me llamo Andrea Solís y prefiero seguir en el anonimato, y la razón es sencilla… No quiero que en un año y medio, cuando vaya a titularme, encuentre demasiadas piedras en el camino. El rencor es el peor enemigo del ser humano.


Pido una disculpa al maestro Daniel, y aclarando el tema anterior, realmente expongo mi ignorancia al creer en un chisme de pasillo; sí, efectivamente nadie se acercó a decirme que lo que había comentado antes fuese verdad. Ingenuamente le di demasiada importancia a palabras que no sabía si eran certeras por considerar que la Facultad tenía una venda en los ojos y era importante que se le quitara para el beneficio de los alumnos; Sin embargo, no consideré el hecho de que causara tanta polémica unas líneas, ya que no solamente el docente antes mencionado es culpable, existen otros tantos.

Mi enojo fue más al saber que al pagar mi cuota de la Semana de la Química y con el artículo que salió un día antes se mencionaba que tal parecía que la Semana de la Química era más una convivencia familiar que una reunión de investigación, pero fuera de eso al parecer desde mi punto de vista, el objetivo se logró, los alumnos participaron, y aunque estaba enojado y no me quedé a ver los eventos varios de mis compañeros, mencionaron que esta Semana de la Química fue mejor en comparación con otras. Tampoco lo digo para remediar lo que publiqué la semana pasada, aun me queda cierto tiempo en mi carrera, y como tal espero que las cosas mejoren y el espacio que se tiene en “Libertad de Expresión Yucatan” se use para mejorar y no para andar averiguando quién lo redactó o si es verdadero o falso, tal como se muestra en un encabezado que dice “Dejen de prostituir a la Facultad de Derecho” considero que es un lugar para expresar lo que nadie se atreve, aun así reitero mis disculpas. Acepto que me equivoqué y no, tampoco quiero acarrear a ningún docente en mis comentarios, solamente que un día cruzaba por cierto pasillo de un cierto laboratorio y escuché una breve plática del horno de microondas. Aclarado el polémico artículo, espero algún día cuando sea egresado mirar de frente a los maestros y ver cómo los comentarios los han ayudado a mejorar, porque desgraciadamente uno como alumno no puede rebasar esa línea de decirles: Oye, la estás regando, sin que te tomen como revoltoso y ardido y se vea plasmado ese rencor en las calificaciones o bien en tus papeleos.