miércoles, 10 de diciembre de 2014

diciembre 10, 2014
MADRID, España, 10 de diciembre de 2014.- Inyecciones de comida de manera forzosa por vía rectal, privación del sueño durante más de 70 horas, ahogamientos simulados, amenazas sexuales con palos y palizas varias son sólo algunas de las torturas a las que la CIA sometió a los detenidos acusados de actividades relacionadas con el terrorismo entre 2002 y 2006, tras el terror desatado por los atentados del 11-S.


La CIA mintió deliberadamente a la Casa Blanca y al Congreso sobre sus prácticas, como detalla el informe dado a conocer este martes por el Senado. Los detenidos fueron privados de luz, sometidos a música atronadora y, con la única compañía de un balde en el que depositar sus heces, retenidos en celdas sin calefacción. Sin embargo, las condiciones de vida que la CIA relató eran mucho mejores que éstas.

La CIA se defiende. "No mentí y no he engañado al Congreso", dice Michael Hayden, director de la CIA durante el segundo mandato del presidente estadounidense George W. Bush. "No sé si el informe publicado ayer es históricamente exacto", dijo. En cuanto a las denuncias de que las técnicas de interrogatorio eran más duras que las previamente divulgadas, Hayden matizó: "Se podrían describir de un modo un poco más detallado, pero todo el mundo sabe cómo funciona el waterboarding (submarino)..." . "Estoy seguro de que es horrible", añadió en entrevista en el programa Today, de la NBC. "Pero también es horrible para las decenas de miles de aviadores americanos en los que lo hemos utilizado como entrenamiento." Y acerca de la opinión pública conmocionada por el informe, comentó: "Es probablemente una buena cosa que los ciudadanos sepan los esfuerzos que estaba haciendo la CIA para protegerlos." "No creo que (el informe) sea una noticia", concluyó frente a la entrevistadora Savannah Guthrie.

El prisionero Satar Jabar siendo torturado conectándole al cableado eléctrico por manos y genitales. Las fotos de las torturas no son nuevas, fueron tomadas en Abu Ghraib (Irak) o en Salt Pit (Afganistán). Lo nuevo es el informe del Senado, con detalles muy gráficos, 525 páginas de 6000 que permanecen clasificadas.

Tal era el aislamiento en el que se encontraron algunos presos que la falta de contacto humano les provocó traumas psicológicos como alucinaciones, paranoias y autolesiones. Este fue el caso de Arsala Khan, un afgano capturado en 2003 que contaba con alrededor de 55 años y que presuntamente ayudó a Osama Bin Laden a escapar a través de las montañas de Tora Bora a finales de 2001. Tras las 56 horas que fue mantenido despierto de pie, apenas podía articular palabra y estaba "visiblemente en shock por las alucinaciones que le hacían ver a su familia asesinada por unos perros", según relata el informe. Dos días después de tener estas visiones, sus interrogadores volvieron a privarle de sueño durante otras 21 horas.

Obama hoy no ha añadido comentarios. Sobre informe de las torturas de la CIA, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo hoy que los métodos de interrogatorio "socavan significativamente la autoridad moral" de Estados Unidos.

Tras aproximadamente un mes de interrogatorios exhaustivos, la CIA concluyó que "el detenido no parece estar involucrado en planes actuales contra Estados Unidos" y ordenó que fuera devuelto a su pueblo y le fuera efectuado un pago en metálico. Sin embargo, fue transferido al Ejército, que le custodió durante cuatro años más a pesar de ser conocido que su delator tenía intereses personales contra él y su familia.

Esta técnica fue usada, además, entre el 3 y el 5 de junio de 2003 con Abu Hazim, quepermaneció en vela y de pie 52 horas. Asadallah también fue mantenido así a pesar de sufrir un esguince. En 2003, la privación del sueño por debajo de las 72 horas estaba considerada como una técnica legal. Khallad bin Attash fue sometido a 70 horas de privación de sueño, dos menos de las permitidas. Después, oficiales de la CIA le permitieron dormir durante cuatro horas para luego mantenerlo despierto, sentado, durante otras 20. Algunos detenidos fueron forzados a permanecer despiertos hasta 180 horas.
La reacción internacional a raíz de la publicación del informe del Senado sobre las brutales torturas de la CIA es devastadora. Para el presidente afgano, Ashraf Ghani, la tortura perpetrada por la CIA sobre presuntos terroristas y miembros de al-Qaeda son "actos inhumanos": "Leí el informe, todo el informe, después de que se puso ayer en línea y la lectura me indigna."

La ola de indignación es incontrolable. "Estoy sorprendida exactamente como tantos y tantas estadounidenses", dijo Angela Merkel en respuesta a la televisora alemana N24. La Canciller germana declaró sentirse "absolutamente sorprendida." Cuando se le preguntó si sería necesario entablar un procedimiento legal, la Canciller respondió: "Creo que Estados Unidos lo hará, de alguna manera."

Al periódico Bild la condena de Alemania llegó a través del ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier: "Lo que se consideraba adecuado en la lucha contra el terrorismo islamista es inaceptable y ha sido un gran error."

En el caso de Polonia, el primer responsable de alto nivel en revelarlo, el ex presidente Aleksander Kwasniewski, confirma que la CIA llevó a cabo interrogatorios bajo tortura en Polonia. Kwasniewski, jefe de Estado entre 1995 y 2005, en una conferencia de prensa en Varsovia afirmó que los dirigentes polacos ignoraban los detalles exactos de los interrogatorios pero, preocupados por el secreto que los rodeaba, lograron el final de esta práctica.
 
Como refiere Site, el sitio de inteligencia que controla la actividad en la web de extremistas islámicos, los yihadistas en Twitter ya prometieron venganza y urgen a tomar venganza contra la "serpiente de América." "Recuerden, el 100% de las víctimas de tortura de la CIA eran musulmanes. La suya es una guerra contra el Islam, una guerra contra los musulmanes", escribe Shami Witness.

"Ser decapitado es 100 veces más humano y digno de lo que estos puercos canallas hacen a los musulmanes. Que Alá destruya a estos bastardos, tal vez llegue a ver ese día en mi vida", dice el perfil de Shami Witness.

Era común que los agentes desprendieran a los detenidos de su ropa, arrastrándoles desnudos por el suelo, bañándoles en agua congelada y simulando su ahogamiento mediante la inyección de inmensas cantidades de agua por las vías respiratorias. También les horrorizaban con taladros eléctricos y les propinaban brutales palizas, sin olvidarse de amenazarles con hacer daño a sus mujeres y niños. Las torturas llegaron incluso a causar la muerte, en 2002, de un detenido por hipotermia que había permanecido encadenado, prácticamente desnudo, en una prisión secreta de la CIA.

Inyecciones rectales forzosas que inducían al suicidio

A partir de marzo de 2004 y hasta que ingresó como preso en Guantánamo, Majid Khan llevó a cabo una serie de huelgas de hambre que llamaron la atención del personal de la CIA. Ante una primera situación en que se temía por su vida, el reo permitió que le fueran suministrados nutrientes por vía gástrica. Sin embargo, tres semanas después la CIA recurrió a un tratamiento más agresivo, que incluyó la alimentación e hidratación rectal sin su consentimiento.

Un día, el menú de Khan, consistente en hummus, pasta con salsa, nueces y pasas, le fue inyectado a la fuerza por la vía rectal. Las inyecciones persistieron y el preso intentó quitarse la vida en varias ocasiones con la ayuda de objetos punzantes.

Detenciones ilegales y líos diplomáticos

El informe revela también que la agencia cometió detenciones erróneas que prolongó sin justificación. Ese fue el caso del afgano Gul Rahman, detenido en 2004 por llamarse igual que un objetivo estadounidense. A pesar de que sus captores sabían que él no era su objetivo, como reveló también una prueba de ADN, fue retenido en aislamiento durante aproximadamente un mes.
La cuenta de twitter 'State of Islam" insta al pueblo musulmán a "despertar", mientras que en 'Mali Witness' se acusa a Occidente de haber creado el extremismo islámico. "¿Cree usted que las cosas no pueden ir peor para Estados Unidos, pero estas noticias sobre la tortura radicalizarán a toda una generación", asegura Madim al Muhajir.

En enero del mismo año, la CIA detuvo a Khalid al-Masri, de nacionalidad alemana, para ser interrogado por la posibilidad de que conociera información sobre Al Qaeda. Ello se hizo sin determinar si su persona significaba amenaza alguna para la seguridad del país norteamericano, lo que constituía un requisito para efectuar detenciones desde el 17 de septiembre de 2011. Finalmente, tras una retención prolongada de forma injustificada, Al-Masri fue liberado (fundamentalmente porque ciertas divisiones de la CIA no querían notificar al Gobierno alemán la captura de uno de sus ciudadanos) con sus enseres personales y 14.500 euros en concepto de indemnización.

Por otro lado, desde julio de 2004 hasta finales de ese año, se recurrió a técnicas de tortura de grado superior al permitido en los casos de Janat Gul, Sharif al-Masri y Ahmed Khalfan Ghailani, las tres con la aprobación individual del Departamento de Justicia.

Una información crucial para entender a Al Qaeda

George W. Bush, presidente de Estados Unidos mientras se produjeron las torturas, firmó un Memorándum de Notificación (MON) el17 de septiembre de 2001 que otorgaba a la CIA el derecho de detener a "quienes constituyan una amenaza de violencia y muerte a los ciudadanos de Estados Unidos y los que planeen ataques terroristas". El MON no hizo ninguna referencia a los métodos de los interrogatorios.
En Twitter el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, describe al gobierno de Estados Unidos como "el símbolo de la tiranía contra la humanidad." Incluso China -a menudo criticada por la comunidad internacional por no respetar los derechos humanos- pide a los EE.UU. "corregir sus prácticas y respetar y seguir las normas establecidas por los convenios internacionales." Pyongyang pide al Consejo de Seguridad de la ONU, que tiene que examinar en los próximos días la situación de los derechos humanos en Corea del Norte, condenar a los EE.UU.. Esto mientras que en Ginebra, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos afirma que el informe muestra "una clara política orquestada en un alto nivel dentro de la administración Bush", y pide que los funcionarios de la CIA y del gobierno de Estados Unidos comparezcan ante un tribunal.

El director de la CIA, John Brennan, expresó este martes que la información extraída con las torturas fue "crucial" para entender a Al Qaeda y sigue siendo útil en la actualidad en esfuerzos contra el terrorismo. Tras la publicación del documento, la agencia ha defendido que, pese a que cometió "errores" en su aplicación del programa, éste produjo información útil, incluido en la misión para encontrar a Bin Laden.

Durante la era Bush, la CIA había alegado que el 50% de sus informes de inteligencia sobre la organización terrorista fueron elaborados a partir de los interrogatorios a presos. Sin embargo, la Oficina del Consejo Legal llegó también a conclusiones equivocadas basadas en información falsa proporcionada por la agencia en relación a Al Qaeda y a posibles ataques terroristas. Muchos de los torturados proporcionaron información errónea sólo para intentar acabar con las prácticas de sus interrogadores.

Incompetencia... y ningún responsable

El documento refleja que la CIA no disponía de suficientes traductores como para realizar interrogatorios eficaces en los primeros días de cautiverio de los detenidos. Además, muchos de los agentes que los llevaron a cabo no estaban cualificados para hacerlo, ya que habían terminado su formación apenas unos días antes.

Si bien el informe publicado por el Senado estadounidense explica con detalle las torturas practicadas sobre los presos sospechosos de terrorismo, en él aparecen borrados todos los nombres de los torturadores y de los países que cooperaron con Estados Unidos en estas prácticas.

A pesar de ello, Estados Unidos ha instado a sus bases militares en el extranjero a extremar la alerta por la posibilidad de reacciones violentas a estas revelaciones.

'CARTA' DE CASTIGOS

Inyecciones rectales
Majid Khan fue obligado a alimentarse en 2004. Un día, su "bandeja de comida", consistente en hummus, pasta con salsa, nueces y pasas, le fue inyectada a la fuerza por el recto.

Privación de sueño
Hasta 180 horas fueron forzados a permanecer despiertos los reos. En 2003, tras 56 horas en vela, Arsala Khan tuvo alucinaciones.

El agua como arma
A algunos detenidos se les torturaba con simulacros de ahogamiento o se les bañaba en agua congelada. Un preso llegó a morir de hipotermia.

Vida en penumbra
Los reos eran recluidos en celdas oscuras, sin calefacción y con música atronadora. / (Repubblica / The Independent /Berta Herrero / Alexandra von Schellimg / El Mundo)