lunes, 22 de diciembre de 2014

diciembre 22, 2014
MIAMI, Florida, 22 de diciembre.- El gobernante Raúl Castro prometió “espíritu constructivo pero firme” en las negociaciones con Estados Unidos para la normalización de relaciones durante su discurso de clausura de la última sesión anual de la Asamblea Nacional cubana el sábado.

Sobre el acercamiento diplomático con su vecino del norte, Castro aseguró que el pueblo cubano “agradecía” la decisión del presidente Barack Obama y que acudiría a los contactos de alto nivel “con espíritu constructivo de respeto y reciprocidad”.

Sin embargo, aclaró que “no debe pretenderse que para mejorar las relaciones con los Estados Unidos, Cuba renuncie a las ideas por las que ha luchado por más de un siglo” y destacó que el país es un “estado soberano cuyo pueblo, en libre referendo para aprobar la constitución, decidió su rumbo socialista”.


“Exigiremos respeto a nuestro sistema político”, dijo.


De este modo respondió el gobernante a las declaraciones hechas por el presidente Barack Obama el viernes en rueda de prensa, en la que se refirió al gobierno cubano como un “régimen que reprime a su pueblo” y en la que justificó su nueva política como el modo más adecuado para promover cambios y “abrir” una sociedad “hermética”.

Aunque Castro repitió que ambos gobiernos tenían “discrepancias” en cuanto al ejercicio de la democracia y los derechos humanos, dijo estar abierto a discutir todos los temas “de aquí, pero también de los Estados Unidos” e insistió en que las conversaciones debían basarse en el respeto del derecho internacional, “la soberanía y la libre determinación de los pueblos”.


“Tenemos firmes convicciones y muchas preocupaciones sobre lo que ocurre en Estados Unidos en materia de democracia y derechos humanos”, apuntó.

Asimismo dejó claro que para Cuba, la total normalización de relaciones no se alcanzará si Washington no elimina el embargo. “Se ha dado un paso importante pero queda por resolver lo esencial que es el cese del bloqueo económico y financiero que se ha recrudecido en el ámbito de las transacciones financieras”.

Castro también ofreció garantías de que su gobierno no boicoteará las negociaciones, como temen algunos analistas y dijo que se “tomarán medidas” para prevenir hechos que puedan obstaculizar el diálogo. “Por nuestra parte primará una conducta prudente, moderada y reflexiva, pero firme”, aunque advirtió que “cabecillas de grupúsculos contrarrevolucionarios” podrían estar planeando “sabotajes y acciones provocativas” para descarrillar las conversaciones.

“Desde Cuba jamás se ha organizado un acto terrorista contra los Estados Unidos, ni se permitirá”, aseguró enérgicamente.


El general, que en esta ocasión volvió a vestir de civil, agradeció nuevamente al Vaticano y al gobierno canadiense por sus roles en las negociaciones con EEUU, pero agregó que estas no hubieran sido posible sin un nuevo escenario en América Latina y el apoyo de los gobiernos del área.

Castro confirmó que asistiría a la próxima Cumbre de las Américas a celebrarse en Panamá en abril. Para ese mismo mes anunció la celebración del VII Congreso del Partido Comunista, el único en la isla.

También aprovechó la oportunidad para reiterar públicamente la “relación especial” con Venezuela y el gobierno de Nicolás Maduro, así como para expresar su rechazo a las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense a funcionarios de ese país.

Parte de su alocución se dedicó a la economía de la isla, cuyo mejoramiento consideró “la asignatura pendiente” de su gobierno. “Tenemos que situar la economía a la altura del prestigio político que esta pequeña isla del Caribe ha conquistado gracias a la Revolución”.

Castro envió un mensaje de confianza a acreedores de la deuda cubana, al asegurar que Cuba trabajará para “restaurar la credibilidad” de su economía, pero subrayó que el ritmo de la reforma era una decisión “soberana”.

El gobernante informó además que en la segunda mitad el año se habían implementado medidas para alcanzar la esperada unificación monetaria. También se refirió a violaciones en la puesta en práctica de los aumentos salariales vinculados a la producción y aunque apoyó esta política, planteó que “no se puede distribuir riqueza que no somos capaces de crear. Soltar dinero a las calles sin un incremento de la oferta de bienes y servicios generaría una inflación y reduciría la capacidad adquisitiva de los salarios y las pensiones”.

El IV Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular tuvo un alto contenido de reafirmación política. A un minuto de iniciar su discurso de clausura, el gobernante mencionó al fallecido ex mandatario de Venezuela Hugo Chávez y a Fidel Castro, y destacó “la visión política y la voluntad integradora” de ambos en el continente.

Los cinco agentes que fueron condenados por espionaje en EEUU y luego liberados –tres de ellos en el reciente intercambio de prisioneros pactado en conversaciones secretas entre los dos gobiernos– recibieron largas ovaciones.

También Elián González y su padre Juan Miguel. “¿Se acuerdan de la lucha por Elián”, preguntó Raúl a los diputados. “Ya tiene 21 años, es un cadete insertado en la Universidad de las Villas, en cuarto año de ingeniería industrial. Es el más chiquito de nuestros héroes aunque todavía no tiene la medalla, ni se la vamos a dar, se la tiene que ganar”, dijo.

“Entramos en el año 57 y, con un pueblo como este, se puede llegar al año 570 de la Revolución”, aseguró el gobernante, que concluyó la sesión gritando "Viva Fidel" y "Patria o Muerte". (Nora Gamez Torres / El Nuevo Herald)