viernes, 5 de diciembre de 2014

diciembre 05, 2014
NUEVA YORK, 5 de diciembre.- Por media centuria, científicos y arqueólogos han estado intentando probar que los habitantes de Liqian, China, con aspecto occidental, descienden de un batallón de mercenarios romanos.

La teoría fue lanzada por primera vez en la década de 1950 por el profesor Homer Dubs, de la Universidad de Oxford. En una conferencia ante la Sociedad China en Londres, él teorizó que Liqian estaba conectado a una antigua batalla entre los hunos y los chinos que se libró, en parte, por los soldados mercenarios romanos en el año 36 a.C.

Aquellos legionarios que vivían en China


PEKÍN, 23 de noviembre de 2010.- Cai Junnian tiene el pelo rubio, nariz aguileña y ojos verdes. Vive en Liqian, una aldea en el borde del desierto de Gobi en el condado de Yongchang, en Gansu. Se trata de un chino, pero su apariencia es europea. Los lugareños lo llaman "César", se burlan de él y están convencidos de que desciende de una familia romana antigua. La prueba de ADN ha establecido que el 58% de sus genes son occidentales. En la región es una celebridad. Come con el dinero de los que, con una vaga consternación, pagan para verlo.


Luo Ying es una copia de un gladiador del Coliseo y para todos es "Luoma", el Romano.  Una compañía de Shanghai, después de haberlo visto en la televisión, lo contrató como su imagen para tratar con los clientes del Mediterráneo.

El pueblo olvidado de Asia donde los chinos tienen cara de romanos se está volviendo famoso y podría guardar un secreto. Aquí mismo, a lo largo de las huellas borradas de la Ruta de la Seda, se habría extraviado una legión de 6,000 soldados romanos, liderados por el primogénito del general Marco Craso.

Era el 53 a.C. y según la historia aquellos legionarios, que escaparon de la guerra contra los partos, desaparecieron misteriosamente. Los descendientes de las milicias de Craso, decapitado por los antepasados de los persas en el territorio del actual Irán, se habrían establecido entre el Tíbet y Turkestán, hoy Qinghai, para evitar ser eliminados por los guerreros chinos del emperador Wu, de la dinastía Han.

Ellos fueron los primeros, involuntariamente, en enlazar Oriente y Occidente, trastornando las convenciones geográficas de la época.

Para los antropólogos y arqueólogos sería la confirmación de un descubrimiento revolucionario: probar que los dos imperios más poderosos de la humanidad, el romano y el chino, no se limitaron a rozarse a través del comercio, sino que entraron directamente en contacto.

Los libros de historia de hoy nos dicen que antes de Marco Polo, en el siglo XIII, sólo unos diplomáticos de Roma en el año 166 d.C. lograron llegar a Pekín. Los estudiosos de la Universidad de Lanzhou están seguros de que pronto los textos deberán ser reescritos. Durante una serie de excavaciones han desenterrado los restos, en Liqian, de una antigua fortificación. Su forma y construcción es igual a las estructuras de defensa sembradas por los romanos en Europa, Asia y África. Idéntica también la canalización del agua.

Un grupo de antropólogos descubrió que los habitantes del pueblo, que nunca han viajado fuera de la región, aman los toros y organizan juegos como las corridas.

Una prueba genética ha determinado que algunas familias son inexplicablemente de origen caucásico, un factor que induce a los expertos a concluir que descienden de la legión  perdida del ejército de Craso.

La leyenda está apasionando a China y está en las primeras páginas de los periódicos. Los arqueólogos y antropólogos italianos y chinos se reúnen en el nuevo Centro de Estudios Italianos de la Universidad de Lanzhou, y en primavera ampliarán las excavaciones hacia el Oeste de los 7000 kilometros de la Ruta de la Seda.

"Planeamos demostrar- dice Yuan Honggeng, director del Centro - que las relaciones entre los dos imperios más extraordinarios de la historia se retrotraen varios siglos." Pero la cuestión despierta también cierto escepticismo.

"El ADN europeo de los habitantes de Yongchang- dice Yang Gongle, historiador de la Universidad Normal de Pekín - no prueba su origen romano". Esperanzas y dudas de los académicos, sin embargo, no desalientan el entusiasmo popular: los dobles de los legionarios son estrellas de la televisión y los periódicos. (Giampaolo Visetti, corresponsal de La Repubblica en Pekín / Nina Strochlic / The Daily Beast )