viernes, 7 de noviembre de 2014

noviembre 07, 2014

En épocas pretéritas, se otorgaban en Yucatán las cátedras mediante exámenes de oposición. Notables fueron los que se celebra(ron para asignar) la cátedra de violín en la Escuela de Música, anexa al Instituto Literario del Estado. Fue un hermoso torneo al que concurrieron numerosos artistas; pero en las pruebas finales quedaron como rivales Justo Uribe, yucateco, y Cayetano de las Cuevas, cubano.

Ambos hicieron maravillas con el divino arco de Paganini, y el competente jurado, tras larga deliberación, resolvió en justicia que Cayetano tocaba con más sentimiento, pero que Uribe tenía más técnica, por lo que a él se adjudicó la cátedra.