domingo, 16 de noviembre de 2014

noviembre 16, 2014
BRISBANE, Australia, 16 de noviembre.- Apenas ha acabado la última sesión de trabajo en la cumbre del G-20 y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha salido con rapidez hacia el aeropuerto internacional de Brisbane, para abandonar Australia tras un fin de semana especialmente tenso desde el punto de vista político, ya que ha tenido que escuchar en primera persona las críticas de varios líderes mundiales por la ofensiva prorrusa en el este de Ucrania. El presidente ruso no ha esperando a la publicación de la declaración oficial de la cumbre.


Putin había amagado el sábado con marcharse antes de tiempo de la cumbre, como forma de expresar su malestar por las críticas que le habían dirigido desde Barack Obama, hasta el primer ministro de Australia, pasando por Cameron o el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien advirtió de que podrían producirse nuevas sanciones contra Rusia tras la última escalada militar de los prorrusos en Ucrania.


Putin, que ha venido acompañado a Australia de cuatro barcos de guerra que se han situado en aguas internacionales al norte de Australia para garantizar su seguridad, ha elevado la tensión en la cumbre, y ha rechazado tanto las críticas como las advertencias de nuevas sanciones.

Antes de marcharse de Brisbane, Putin ha advertido de que la imposición de sanciones "daña a todas las partes", aunque ha señalado que en su opinión la situación mejorará.

El presidente ruso ha explicado después que se marchaba antes de la declaración oficial de la cumbre del G-20 porque el viaje a Rusia era largo y necesitaba descansar en el avión, según informa EFE. En unas declaraciones a los periodistas rusos, el jefe del Kremlin restó así importancia a su salida anticipada hacia Moscú.

"Para que no haya ninguna especulación sobre por qué no asisto al desayuno de trabajo, se queda aquí el ministro de Finanzas (Anton Siluanov), y él informará sobre nuestros esfuerzos en materia de lucha contra el ébola", afirmó Putin antes de partir para Moscú.

Explicó que "tenemos que volar nueve horas hasta Vladivostok y desde allí a Moscú otras nueve horas. Luego hay que llegar a casa y el lunes hay que trabajar. Al menos tengo que dormir cuatro o cinco horas".

El presidente ruso también dijo que había tenido tiempo de despedirse de alguno de sus socios. "Me acerqué a Tony (Abbott, el primer ministro de Australia) y él lo entendió, así que aquí no hay otras interpretaciones. También pude despedirme de algunos colegas", agregó. M.Calleja / ABC)