domingo, 23 de noviembre de 2014

noviembre 23, 2014
José Miguel Rosado Pat 

Casi llegada la medianoche, encontré en mi camino, una exposición fotográfica compuesta de las imágenes que captaron los momentos del Yucatán de ayer y hoy. Entrada ya la madrugada, apenas había observado un tercio de las fotografías que conforman la exposición denominada La Arquitectura yucateca a través del tiempo, la cual está instalada, para disfrute de nosotros, los habitantes de esta noble ciudad, sobre las aceras del Paseo de Montejo, específicamente, entre el Museo de Antropología e Historia y el Tribunal de Justicia Fiscal y Administrativa; entre las calles 41 y 43.

En varias ocasiones permanecí observando, detenidamente, algunas de las fotografías, en especial las de las calles y lugares emblemáticos de nuestra ciudad. El Cementerio General, el Arco de Dragones, la plaza principal, la catedral de san Ildefonso, el Callejón del Congreso, la plaza de santa Lucía, el Palacio Municipal y el de Gobierno, “El Ateneo”, el Teatro José Peón Contreras, “El Gran Hotel”, la Iglesia de Santa Ana y la iglesia de La Ermita de santa Isabel, son algunos de los edificios que esta exposición ofrece a todo transeúnte curioso que por ahí camine.

De gran parte de esos edificios hayamos dos fotografías de cada uno, como por ejemplo del Arco de Dragones, una tomada en 1930 y, la otra, recientemente. Lo mismo sucede con muchos otros edificios y lugares, como el Cementerio General del que se expone una fotografía de la tumba de Pedro Guerra en 1920 o de la catedral, su cúpula, tomada en 1900. De este último año se exponen, también, fotografías de la plaza grande y de la misma catedral, hecha desde variadas perspectivas. 

Otra de las imágenes que pueden apreciarse y, que bien nos trasbordan al pasado de esa Mérida romántica y pacífica pero altamente politizada de principios del siglo XX, son la del Callejón del Congreso (1930), la de la plaza de santa Lucía (1900), la de la Iglesia de Santiago (1900), la del Teatro José Peón Contreras (1930) y la de “El Ateneo”, el cual aparece en construcción, justo, cuando el reloj de la catedral marcaba las dos cuarenta y cinco de la tarde. 

Otro de los edificios capturados en una de las fotografías de la calle 60, es el conocido Gran Hotel que, hasta el día de hoy, funciona como tal manteniendo ese aire del siglo XIX y, en la cual, puede apreciarse una losa insertada en la pared de la esquina que aún permanece y que dice “prohibido fijar carteles”, con un tipo de letra característico de finales del siglo XIX y muy a principios del XX. 

Una de las fotografías que más llamó mi atención fue la de una casa ubicada en la calle 59 x 52 y 54 del Centro Histórico, en la que se aprecian dos cariátides, una en cada lado de la ventana. No está de más decir que una cariátide es una figura femenina esculpida que cumple la función de una columna o pilastra, por lo general, con un entablamento que descansa sobre su cabeza, tal como se encuentra en el templo de Erecteón de la Acrópolis de Atenas, en honor a los dioses Poseidón y Atenas y al mítico rey Erecteo. De esta misma casa se presentan dos imágenes una de 1900 y otra actual, como también sucede con la Casa Morisca, ubicada en la calle 56 por 51 del centro de nuestra ciudad. 

Son de admirarse de igual forma las fotografías de la entonces Penitenciaría Juárez, en la que se distingue un arco triunfal conmemorativo a la visita de don Porfirio Díaz Mori, como presidente de la república, en 1906. 

Además de todos los anteriores, se exponen también, fotografías de la esquina de “El candado”(1900), el Palacio Cantón (1900), el Pasaje Revolución (1900), casas de la Avenida Colón (1930) y de la Pérez Ponce (1940), de la Estación de Ferrocarriles (1900), de la Casa de Montejo (2014) y del Arco del Puente (1958).

La exposición incluye imágenes de los sitios arqueológicos de Chichén Itzá, Uxmal, Kabah, Sayil, Labná, todas comprendidas entre 1890 y 1930, y del cenote “Zací” de Valladolid; de las grutas de Loltún y de Sabac Há; de las haciendas Tzacalá, san Antonio, san Lorenzo Aké, Cucá en Tixpehual, del ex convento de san Bernardino de Siena del barrio de Sisal, del todavía monasterio de san Antonio de Padua en Izamal y del convento de San Miguel Arcángel. En esta última se aprecian dos mestizas, una más joven que la otra, pero ninguna parece sobrepasar los treinta. 

La mayoría de las imágenes que conforman esta exposición son parte del acervo de la Fototeca Pedro Guerra de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán, archivo que se ha constituido como la primera fuente de información historiográfica, empleada para la investigación y elaboración de un sinfín de publicaciones; es particular de los Fondos Raúl Cámara Zavala y Pedro Guerra y otras más del Fondo Teoberto Maler de la Fototeca del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia de Yucatán y, en el caso de la fotografía de la visita presidencial en 1906 a la Penitenciaría Juárez, del archivo Casasola. 

Es importante reconocer el impacto que esta exposición tiene en cuanto a la información histórica que proporciona y, sobretodo que, transmite a sus espectadores, pues en el espacio donde se encuentra, logra la difusión del conocimiento fuera de las salas de exposición y las galerías escondidas a las que no siempre puede acceder el grueso de la población. Esperemos seguir viendo nuestros espacios públicos bien utilizados, como espacios de recreación y promoción y difusión artística y científica para promover el conocimiento y la información; en este caso en particular, a través de las imágenes.

Enhorabuena por el maestro Jimmy Montañez Pérez, Cinthya Cruz Castro, Isabel García Franco, por todos los autores y el personal de la Fototeca Pedro Guerra. Los yucatecos deseamos ver más esfuerzos conjuntos de este tipo, entre el municipio, el estado, el INAH y nuestra Alma Máter. Gracias a todos ellos por hacer posible admirar tales imágenes e interesarnos en la historia de nuestra ciudad y nuestro estado.