lunes, 10 de noviembre de 2014

noviembre 10, 2014
PEKÍN, China, 10 de noviembre de 2014.- El presidente chino, Xi Jinping, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, celebraron el lunes una reunión para romper su distanciamiento en un aparte de una conferencia Asia-Pacífico en Beijing (Pekín), tras más de dos años de profundas tensiones por una disputa territorial.

Histórico apretón de manos entre Shinzo Abe, primer ministro de Japón, y Xi Jinping, presidente de China. (Getty Images) 

Las diferencias entre China y Japón por unas islas deshabitadas del mar de la China Oriental plantearon el temor a un conflicto armado entre las dos mayores economías de Asia. Además, Beijing se ha molestado por lo que considera un esfuerzo japonés por restar importancia a su brutal invasión y ocupación de China en el siglo XX.

La reunión entre los dos líderes en el Gran Salón del Pueblo, en Beijing, dio esperanzas de que ambos países rebajen la tensión. El encuentro se produjo antes de una cumbre el martes entre los 21 miembros del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés).

Ambas partes emitieron un comunicado conjunto el viernes accediendo a reanudar de forma gradual el diálogo político, diplomático y de seguridad.

En ese texto, Japón admitió discrepancias sobre el estatus de las islas, llamadas Diaoyu en chino y Senkaku en Japón. China lleva tiempo reclamando que Tokio reconozca que la soberanía sobre las islas está disputada, algo que Japón se había negado a hacer.

Los dos países han tenido malas relaciones durante décadas, arraigadas en el temor de Japón al auge económico y político de China, y en el victimismo de Beijing. La nacionalización japonesa de las islas de la polémica en septiembre de 2012 enfureció a Beijing, planteando temores de seguridad cuando las patrullas chinas entraron repetidas veces en las aguas circundantes para confrontar a los barcos de la guardia costera nipona.

Las tensiones se mantuvieron después de que Abe fuera reelegido en 2012. El primer ministro es un nacionalista conservador, que indignó a su rival en 2013 al visitar un santuario sintoísta en Tokio en memoria de los japoneses caídos en la guerra, incluyendo a criminales de guerra ejecutados. China afirmó que ese episodio mostró la insensibilidad de Abe hacia el sufrimiento de China durante la guerra. También la reinterpretación que hizo el gobierno japonés de su constitución pacifista para ampliar el papel del ejército hizo sonar las alarmas en Beijing. (AP)