viernes, 21 de noviembre de 2014

noviembre 21, 2014
MADRID, 21 de noviembre.- Una misión científica rusa ha descendido por primera vez esta semana al cráter formado en la península de Yamal, en el norte de Siberia, conocido como «el fin del mundo». Los expertos, que esperan arrojar luz sobre cómo se formó este enorme agujero, trabajan con la hipótesis de que fue causado por explosiones subterráneas de gas, de la misma forma que las erupciones bajo el Océano Atlántico pueden haber dado lugar al Triángulo de las Bermudas.

Un grupo de científicos iniciaron a principios de noviembre una investigación en el cráter descubierto en el mes de julio en Siberia. (Fotografías Reuters / Centro Ruso para la Exploración del Ártico)

El diario Siberian Times revela nuevas imágenes del interior del «cráter del fin del mundo». Los científicos utilizaron un equipo de escalada para descender hasta la base del cráter, un lago congelado a 10,5 metros de profundidad.


«Nos las arreglamos para bajar por el embudo, todo fue un éxito», señaló a Siberian Times el director del Centro ruso de exploración del Ártico, Vladimir Pushkarev. El líder de esta misión explicó que era más fácil emprender la exploración ahora, con el suelo duro, que en verano.

Los investigadores, entre ellos geólogos e historiadores, lograron descender hasta unos 16 metros (52.4 pies) y llegaron a una superficie que se encuentra congelada por las bajas temperaturas y corresponde a un lago de por lo menos 10 metros de profundidad.

«Tomamos todas las muestras que habíamos planeado e hicimos mediciones. Ahora los científicos necesitan tiempo para procesar todos los datos y sólo entonces podrán sacar conclusiones», añadió al diario siberiano.

El insólito agujero fue descubierto por helicópteros este verano en la península de Yamal, un nombre que significa 'fin del mundo' en la lengua aborigen. Tiene un óvalo de unos 30 metros de diámetro, con un lago helado en su parte inferior y agua que cae sobre sus paredes erosionadas de permafrost.

Prueba del cambio climático

Andrey Plejánov, investigador senior del Centro Científico Estatal de Investigación del Ártico, señaló en julio a Siberian Times que el cráter «apareció hace relativamente poco tiempo, tal vez hace un año o dos; por lo que es una formación reciente, no estamos hablando de decenas de años atrás».

Según Vladimir Pushkarev, jefe del Centro Ruso para la Exploración del Ártico, los expertos no han llegado a un consenso sobre el origen del embudo.

Anna Kurchatova, del Centro de Investigación Científica del Sub-Ártico, cree que el cráter se formó por una mezcla de agua, sal y gas activado en una explosión subterránea como resultado del calentamiento global. El gas se acumuló en el hielo mezclado con arena debajo de la superficie y se mezcló con sal hace unos 10,000 años cuando esta zona era un mar.

Para Leonid Rijvanov, doctor en Geología por la Universidad Politécnica de Tomsk (Siberia), «el cráter confirma que el cambio climático es real». «Lo extraordinario es que este fenómeno a toda vista natural haya ocurrido en un espacio de tiempo tan corto, ante nuestros ojos», aseguró en declaraciones a EFE. (ABC)