martes, 11 de noviembre de 2014

noviembre 11, 2014
HOUSTON, Estados Unidos, 11 de noviembre.- La cuenta atrás ya ha comenzado. En breve los científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) tendrán que dar luz verde o abortar el inicio de la que probablemente sea la fase más espectacular de su ambiciosa misión Rosetta. Esta nave espacial, que en agosto entró en la órbita del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, liberará un pequeño robot que lleva a bordo para intentar el primer aterrizaje de la Historia en uno de estos cuerpos celestes.



En principio, la liberación del robot se producirá el miércoles 12 de noviembre a las 9.35, hora peninsular española. Durante la jornada del martes, los principales responsables de la misión, reunidos en ESOC, el Centro de Operaciones de la ESA en Darmstadt (Alemania), comprobarán que los complejos cálculos que han tenido que realizar son correctos y que todo está preparado para intentar el aterrizaje. El más mínimo error o contratiempo podría hacer fracasar la misión, así que cabe la posibilidad de que decidan abortar el descenso del módulo y posponerlo unos días.

El robot Philae, un cubo de 100 kilogramos de peso, debe aterrizar en una zona cuidadosamente seleccionada por los científicos que está situada en el lóbulo más pequeño de Chury, como está empezando a conocerse a este cometa. La zona, denominada J, fue bautizada por votación popular como Agilkia.


Actividad imprevisible


Pese a que el terreno tiene menos pendientes que otras zonas del cometa, su orografía presenta muchos retos que podrían dificultar la misión. Además, pese a que Chury está ahora lo suficientemente lejos del Sol (a 446 millones de kilómetros de distancia) como para que el robot pueda llevar a cabo su trabajo, los científicos advierten que la actividad del cometa es imprevisible y podría aumentar de forma repentina la emisión de polvo y gases, dificultando el aterrizaje.

Además de desde ESOC, en Darmstadt, se vigilará el descenso del robot Philae desde el Centro de Control del Módulo de Aterrizaje, en el DLR, en Colonia (Alemania) y desde el Centro de Operaciones Científicas y de Navegación del Módulo de Aterrizaje del CNES, en Toulouse, (Francia).

El madrileño Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), situado en Villanueva de la Cañada, también tiene un papel destacado en la misión Rosetta, en concreto, de su parte científica. Los investigadores seguirán desde allí el desarrollo de las maniobras.

La emocionante misión tendrá lugar a 510 millones de kilómetros de distancia de la Tierra. La señal tarda en llegar a la Tierra 28 minutos y 20 segundos por lo que será a las 17 horas cuando los científicos sabrán si Philae ha anclado sus crampones en la superficie helada del cometa y anunciarán si la misión ha sido un éxito.

Rosetta habrá escrito entonces un nuevo capítulo en la historia de la exploración espacial. Lo consiga o no, la misión en el cometa continuará. La nave Rosetta acompañará a Chury en su viaje hacia el Sol para ser testigo de cómo estas rocas heladas se transforman a medida que se acercan al astro rey. (Agencias)