viernes, 3 de octubre de 2014

octubre 03, 2014
ÁFRICA, 3 de octubre.- El tren que cruzaba por el África subsahariana y pasaba por la actual República Democrática del Congo, en aquel entonces llamado Congo belga y bajo administración de Bélgica, y después el avión, fueron factores que propiciaron la diseminación de virus de inmunodeficiencia humana por diferentes partes del mundo. En el caso de América, llegó a Haití en 1964 y de allí a los Estados Unidos, señalaron científicos de un equipo multidisciplinario en la revista Science.


Para afirmar lo anterior, el equipo internacional de científicos analizo genéticamente 824 muestras de VIH de distintos países del África subsahariana. A partir de las diferencias entre ellas, y de la fecha y el lugar donde se obtuvieron las muestras, pudieron reconstruir el árbol filogenético del virus del sida.

Los resultados indican que todos los virus descienden de un ancestro común que infectó a alguien en Kinshasa, principal ciudad del entonces territorio de Bélgica y actual República Democrática del Congo, alrededor de 1920.

La hipótesis de los científicos mantiene la idea de que hubo una transmisión del virus de inmunodeficiencia de simio (VIS) a la especie humana a principios del siglo XX al sureste de Camerún, lugar donde los virus de los chimpancés se parecen genéticamente al VIH humano y en el que se han localizado las cepas de VIS más similares al grupo M, al cual pertenecen la gran mayoría de las cepas humanas africanas y todas las de fuera de este continente.

El contagio pudo haber afectado al cazador que capturó el simio, o tal vez a quienes lo manipularon después o se lo comieron.

La alta movilidad de la zona pudo provocar que los cazadores optaran por ir a vender sus productos a una mejor región económica, como lo era Kinshasa, sin saber que en la carne de los simios viajaba un virus que encontraría en el organismo humano un espacio para reproducirse.

El transporte entre ambas zonas era común a través del ferry que zurcaba el río Sangha por donde se transportaban caucho y marfil.

Los investigadores de la Universidad de Oxford, entre otras, analizaron la historia epidemiológica del grupo M y un grupo no pandémico llamado O, los cuales eran similares hasta 1960, fecha en que integrantes del grupo M presentaron una transición epidemiológica que traspaso a la población del lugar cuando ésta comenzó a desplazarse de Kinshasa por ferrocarril a otros puntos del continente africano en la década de los 40 como Brazzaville y después más al sur, es decir, a los rincones más profundo de África.

Tuvo que pasar una década para que las cepas pandémicas se desplazaran al norte del país lo que, según el trabajo, se explica por la menor frecuencia de desplazamientos en ese sentido.

El Congo belga y América

Durante la década de los años 20, Kinshasa, y en general, el entonces Congo belga, sufrieron una rápida expansión económica debido a que tras la cesión del territorio por parte del rey Leopoldo II a la nación belga en 1908, se construyó infraestructura ferroviaria y urbana para continuar con la explotación de minas de cobre, de diamante y de metales preciosos.

Surgieron nuevas ciudades y asentamientos urbanos. Se calcula que en 1922 el tren transportaba 300 mil pasajeros al año y para 1948, un millón, muchos de los cuales pasaban por Kinshasa.

El crecimiento exponencial de virus se dio a partir de un aumento de los movimientos demográficos en la década de los 60 y cambio de hábitos sexuales como el uso de jeringuillas no esterilizadas para prevenir enfermedades de transmisión sexual, pues había aumentado el consumo de trabajo sexual en la zona.

El virus pudo haber llegado a América a través de profesores haitianos que acudieron al recién independiente Congo para reforzar los proyectos de alfabetización en la década de los 60, ante el abandono de los profesores de Europa, quienes salieron del lugar tras la emancipación.

Su paso a Estados Unidos pudo deberse a que Haití se convirtió en un espacio de turismo sexual al cual acudían muchos turistas norteamericanos.

Factor humano

David Posada, investigador de la Universidad de Vigo y participante en el estudio llamado “La temprana diseminación e ignición epidémica del VIH 1 en poblaciones humanas”, señaló que los resultados confirman que la pandemia se inició en la zona donde se sospechaba, pero acota el lugar.

Además, afirma, el causante de su expansión fue el hombre y sus comportamientos, y no ninguna variación genética del virus, lo que convirtió al VIH en la pandemia que es en la actualidad, debido a que fueron circunstancias externas al virus, que se deben a factores demográficos y sociales más que genéticos del patógeno, las que provocaron su propagación.

Para los científicos, es necesario considerar los cambios sociales, culturales, económicos e históricos para estudiar el establecimiento de los virus en comunidades humanas. En este caso, como señaló Oliver Pybus, biólogo evolutivo de la Universidad de Oxford (Reino Unido) y codirector de la investigación: "Una combinación de factores en Kinshasa al principio del siglo XX creó una tormenta perfecta para la emergencia del VIH, lo que llevó a una epidemia generalizada con una inercia imparable que se extendió por África subsahariana".

De acuerdo con los científicos, si bien se conocieron los primeros casos de VIH en la década los 80 en hombres homosexuales estadounidenses en San Francisco y Nueva York, en África había muertes por el síndrome de inmunodefiencia adquirida por lo menos 60 años atrás. (NotieSe)