miércoles, 15 de octubre de 2014

octubre 15, 2014
Eduardo Ibarra Aguirre / Utopía 1458 / 15-X-14

Con la sencilla pero profunda frase de “¿Quién soy yo para juzgarlos?”, en referencia directa a los homosexuales, el papa Francisco marcó hace meses el inicio de lo que se puede avizorar como un viraje en la conducta cuasi fundamentalista de la jerarquía católica ante las minorías sexuales y que está por verse si lo son. O la intolerancia de amplísimas franjas de la sociedad global y de buena parte de sus gobiernos que la castigan con prisión y hasta con la lapidación, la convirtieron en clandestina.

“No soy Dios”, respondió a su pregunta don Francisco, indicando que si acaso él tendría derecho a erigirse en juez, papel que dicen los que saben del tema, siempre declinó.


Un segundo e importantísimo paso se produjo en el Sínodo de Obispos (265) que deliberan en Ciudad del Vaticano sobre los nuevos temas de la familia, con base en el documento Relatio Post Disceptationem, mismo que es analizado desde el lunes 13, en un interesante debate de la cúpula de la institución más antigua de la humanidad.


Allí se debate en medio de la secrecía que paradójica y razonablemente impugna el prefecto para la Doctrina de la Fe, el cardenal alemán Gerhard Müller, quien lamentó “que no se publiquen las intervenciones íntegras con nombres y apellidos”, pues sólo se entrega a los medios las informaciones
oficiales por medio de voceros autorizados.

La asamblea analiza también sobre temas como la comunión para los divorciados que se vuelven a casar y de uniones de hecho. Respecto de los heterosexuales, los obispos dijeron que deben aceptar la realidad positiva de los casamientos civiles e incluso la cohabitación, con el objeto de ayudar a la pareja a comprometerse eventualmente al matrimonio religioso.

De acuerdo con el documento base, la Iglesia católica, su elite obispal, reconoce los dones y cualidades de los homosexuales y no se opone a la legalización de la unión de las parejas del mismo sexo, “siempre y cuando no se equipare con el matrimonio”.

Si bien Relatio Post Disceptationem ofrece reflexiones más que conclusiones, sirve para el debate entre la elite católica que al final votará un documento que será sometido “para su discusión con las bases”, antes del sínodo de octubre de 2015.

Para los intérpretes del documento, la mayoría de los obispos quiere una Iglesia que mira al mundo con simpatía, que no lo juzga. Es un método de trabajo nuevo con el que el argentino don Francisco busca “poner a reflexionar tanto a la Iglesia como a los creyentes” sobre temas espinosos, hasta ahora tabú.

Pese a ser provisional, la apertura de la Iglesia hacia la homosexualidad genera todo tipo de reacciones y no deja de sorprender. Mas sus voceros reconocen que “La cuestión homosexual nos interpela a una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realistas de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual: por tanto se presenta como un importante desafío educativo”.

Con independencia de la desembocadura final que tengan estos afanes reformadores para renovar o modernizar (aggiornamento) a la institución por excelencia del poder espiritual y fáctico más influyente en los últimos dos milenios, resulta muy estimulante la capacidad de la actual jerarquía vaticana para emprender cambios.

Contrasta sobremanera la gran voluntad reformadora del Vaticano con la de quienes desde los poderes institucionales y sobre todo desde los decisivos poderes fácticos, permanecen aferrados a dogmas económicos, financieros y bursátiles que desde los años 80 del siglo pasado demuestran incapacidad para afrontar los más elementales y acuciantes problemas de la especie humana.

Acuse de recibo

Preguntas del periodista Ramsés Ancira sobre el texto México bajo observación global (13-X-14): “A la noticia de que al día siguiente de la agresión a normalistas el sentenciado sin juicio alcalde de Iguala, José Luis Abarca, se reunió con Jesús Zambrano para clamar su inocencia, se suma el hecho de que sus cuñados fueron ajusticiados por el mismo grupo delictivo al que lo acusan de pertenecer. ¿En qué país del mundo han desaparecido docenas de personas sin la intervención de los militares? ¿Tlatlaya e Iguala están en la misma zona militar?”... Y el abogado Eduardo Jiménez González agrega que “pobre” secretario de Relaciones Exteriores, “y me refiero a su insignificante talento, no a lana que ha ganado como calderonista y ahora peñista, ahí se cargó de billetes y solapó todo como ahora lo hace sin ninguna credibilidad (...)” Para Abigail Bello Gallardo, médica de Xalapa, Veracruz es “Indignante lo que sucede en México, muy bien descrito en su Utopía 1454, Asumir las responsabilidades en Guerrero, 10-X-14”... La activista social Laura Cervantes añade a Rectificación presidencial sobre Iguala, Guerrero (8-X-14): “Qué atinada tu observación de que los señores del PES (Partido Encuentro Social) temprano muestran el cobre y sus apegos políticos, al buscar un virreinato para el estado de Guerrero (...)”.

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