jueves, 18 de septiembre de 2014

septiembre 18, 2014
MADRID, 18 de septiembre.- Cuando el Estado Islámico (EI, IS o ISIS) publicó el vídeo con la ejecución del periodista estadounidense James Foley, conmocionó la red. Sin embargo, al tiempo que se multiplicaban los mensajes de horror, espanto, pena, condolencias a la familia y críticas a los terroristas del Estado Islámico, crecieron también las acusaciones de que el vídeo estaba falsificado, escenificado. Entre otros motivos, porque las víctimas se mostraban relajadas incluso poco antes de ser decapitadas. Las teorías de la conspiración pulularon por internet.

James Foley y el verdugo yihadista.

Sin embargo, según las revelaciones que ha hecho un periodista francés que estuvo diez meses secuestrado por el Estado Islámico en Siria y compartió celda con Foley, esa supuesta tranquilidad tendría una explicación: «Ellos no sabían que la ejecución esa vez sería de verdad».

El periodista Didier François explicó tras su liberación que los rehenes del Estado Islámico son sometidos a tortura psicológica haciéndoles creer una y otra vez que iban a ser ejecutados. Estos falsos ajusticiamientos se habrían repetido tantas veces a lo largo del cautiverio de los prisioneros que tanto Foley como Sotloff o Haines debieron suponer que la que finalmente se convirtió en dolorosamente real era una pantomima más.

La tortura que los matarifes del Estado Islámico infligieron a los prisioneros incluía asimismo la escenificación de crucifixiones, y la conocida como «waterboarding», simulación de un ahogamiento a un detenido al colocarles un trapo en la cabeza y empaparlo con agua fría, impidiendo su respiración. (ABC)