viernes, 5 de septiembre de 2014

septiembre 05, 2014
Armando "Catón" Fuentes Aguirre


Can-Ek, joven y musculoso guerrero maya, le hizo el amor a la linda doncella Nicte-Há. Al terminar el trance le dijo: “Deberías darme las gracias, linda. Después de esto ya no corres el riesgo de que los sacerdotes te arrojen al cenote de las vírgenes”. En la barra de la cantina dos solitarios individuos bebían sus respectivas copas, cada uno por su lado. De pronto uno de ellos rompió en llanto. Profirió, gemebundo: “¡Bebo porque hace dos meses mi mujer se fue con otro!”. El otro estalló en sollozos desgarrados y clamó con acento congojoso: “¡Yo bebo porque soy el otro!”. El león, rey de la selva, convocó el domingo a todos los animales a una junta. Abrió una libreta que llevaba y procedió a nombrarlos. Dijo: “Cebra”. “Presente” -respondió ella. Le informó el león: “Voy a comerte el lunes”. Luego llamó: “Gacela”. “Presente” -contestó el tímido animalito. “A ti -le dijo el león- te comeré el martes”. Prosiguió el felino: “Búfalo”. “Presente” -se adelantó el nombrado, tembloroso. Declaró el león: “A ti te comeré el miércoles”. Luego leyó: “Elefante”. Respondió el proboscidio: “Presente”. “A ti -manifestó el león- voy a comerte el jueves”. El elefante tomó al león en su poderosa trompa y lo levantó en alto disponiéndose a azotarlo contra el suelo. “Y yo -le dijo- voy a partirte la madre ahora mismo”. “Si vas a hacer eso, elefantito -suplicó el león con mansedumbre-, entonces hazme el favor de bajarme, para borrarte de la lista”. Quienes en nombre de la representatividad defienden la existencia de diputados y senadores no electos por los ciudadanos, sino designados por los partidos políticos, olvidan que en México la mayoría de los partidos registrados no representan a nadie: son sólo negocios personales o de familia que se las han arreglado para subsistir gracias a una legislación viciosa que permite alianzas y coaliciones sin las cuales esos llamados partidos habrían desaparecido ya. De los tres principales: PAN, PRI y PRD, podría decirse que representan a las corrientes políticas de derecha, centro e izquierda, pero los demás son organizaciones adventicias que obedecen a intereses muy particulares. Exceptúo de esa consideración al partido creado por López Obrador, pues pienso que tiene verdadera representatividad, en este caso la de un gran número de mexicanos, sobre todo pobres, que siguen viendo en el tabasqueño una esperanza. Reafirmo mi postura en el sentido de que no debe haber diputados y senadores que no hayan sido electos en las urnas por los ciudadanos. Las dádivas en escaños y curules -vale decir en chambas- que los partidos se han concedido a sí mismos al margen del voto de la ciudadanía son un atentado contra el ejercicio democrático, aparte de una indebida e inútil carga para los contribuyentes. Y ya no digo más, porque estoy muy encaboronado. Rosilita le dijo a Pepito: “Quiero ser tu novia”. Pepito entró en su casa y regresó trayendo en las manos un brassiére copa C. Le dijo a Rosilita: “Si quieres ser mi novia primero tendrás que llenar esta solicitud”. Declaró doña Frigidia con disgusto: “Mi marido es un hombre lujurioso. Quiere sexo una vez en primavera, otra en verano, otra en otoño y otra en invierno”. Empédocles Etílez, el borrachín del pueblo, iba de madrugada por la calle, cae que no cae. Lo detuvo el gendarme de la localidad y le preguntó, severo: “¿Puede explicarme por qué anda en la calle a estas horas?”. Respondió con tartajosa voz el temulento: “Si me ayuda usted a encontrar una explicación me iré a mi casa”. Dos amigas, Flordelisia y Susiflor, contrajeron matrimonio el mismo día. Flordelisia desposó a don Moneto, maduro caballero abundoso lo mismo en años que en dinero. Susiflor casó con Adonisio, mancebo en flor de edad, y lacertoso. Las dos parejas fueron a pasar su luna de miel en el mismo hotel de playa. Al día siguiente de la noche nupcial Flordelisia y Susiflor se reunieron a desayunar, pues sus maridos aún dormían. Le preguntó Susiflor a Flordelisia: “¿Cómo te fue anoche?”. “No muy bien -contestó ella-. Llegó muy cansado, y se durmió en un segundo”. “En cambio a mí me fue muy bien -declaró Susiflor con actitud de gatita satisfecha-. Adonisio no se durmió sino hasta el tercero”. FIN.